FLAUTA DE PLATA Y OTROS CUENTOS, LA

FLAUTA DE PLATA Y OTROS CUENTOS, LA

CUENTO: Es un libro compuesto por seis cuentos ilustrados por Guiomar Mesa y Claudia Pérez. dos de ellos "El cinturón de Achane" y "La Flauta de Plata" basados en investigación de los mitos y leyendas de nuestros pueblos originarios; los tres siguientes, "El cuarto oscuro", "La rebelión de los cuentos" y "El tren de la noche", de otro género, y no basado en los cultural, sino mas bien en lo psicológico, en la subjetividad de los niños. son cuentos que recuperan más bien al niño citadino, ese que también es boliviano. Y "Cosas de la Edad Media" es una pequeña obra de teatro que rescata el papel de lamujer en la sociedad actual.

Año de Publicación: 2005

Lugar de Publicación: La Paz

Editorial: Gisbert y Cia.

Numero de Edición: Segunda Edición

Numero de Páginas: 84

ISBN: 978-99954-862-3-5

Depósito Legal: 4-1-259-13

Fragmento

Cuento No. 4

La rebelión de los cuentos

(Del libro "La flauta de plata")


Isabel Mesa


Había una vez una enorme y moderna biblioteca que tenía una gran cantidad de libros, todos perfectamente ordenados y clasificados; pero además, tenía un amplio espacio donde los niños podían ver videos y jugar con computadoras.

Una noche, después de que la bibliotecaria apagara la luz y cerrara la puerta, en el rincón de los cuentos se escuchó un tremendo bullicio. Los libros habían caído de sus repisas y varias sombras se despegaban de las páginas protestando y vociferando sobre la terrible situación de los cuentos de hadas. El problema era grave. Los niños preferían estar horas frente a un televisor o apretando los botones de los juegos computarizados a leer un cuento. ¿Sería que los personajes tecnológicos eran mejores y más poderosos que los personajes de los cuentos? ¿Estarían los cuentos en peligro de extinción?
   
   
–Tenemos que hacer algo –dijo la Bruja de Blancanieves.

–No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que los cuentos desaparezcan –exclamó Pulgarcito asomando su cuerpo por el borde de la bota de las siete leguas.

–Sugiero una huelga de hambre –propuso nada menos que el Lobo Feroz.

Toda la noche, los personajes de los cuentos discutieron sobre una posible solución para evitar su extinción, hasta que finalmente decidieron declarar la guerra a los personajes de la tecnología. Y, sin perder más tiempo, todos se prepararon para el ataque.

Al día siguiente, cuando la biblioteca quedó en penumbras, un escuadrón de valientes personajes se acercó sigilosamente a la zona de los videos y las computadoras para iniciar la batalla. Toques de varitas mágicas, rocas lanzadas por ogros, zarpazos de lobos feroces, trucos de magos y pociones envenenadas salían como proyectiles hacia el enemigo. La respuesta no se dejó esperar. Los super héroes salieron de las pantallas activando sus super poderes. Mario Bros esquivaba los proyectiles con pequeños saltos y de vez en cuando echaba mano de sus vidas,  mientras que Roberto Carlos lanzaba disparos imparables de media distancia. Zelda hacía picadillo con su espada las piedras que llegaban y las Barbies defendían los controles vaciando pegajoso esmalte de uñas sobre sus oponentes. La lucha duró toda la noche sin que ningún grupo resultara vencedor. Regados por el suelo estaban los adoloridos cuerpos de brujas y magos, de super héroes y super poderosas que a rastras y cojeando volvieron a sus bases con el amanecer. Pero, antes de que el Hada Madrina de Cenicienta, toda maltrecha, intentara introducirse dentro de una página de su cuento, Link se le acercó apoyado en un bastón y le dijo:

–Que sean los niños los que juzguen. Esta pelea no tiene sentido.

Cuando llegó la encargada a la biblioteca no podía creer lo que veían sus ojos. Los teclados de las computadoras colgaban de las mesas, los controles estaban fuera de su lugar, varios libros yacían sobre la alfombra, e incluso algunas páginas sueltas deambulaban por ahí. “¿Será que un ventarrón puso la biblioteca de cabeza?”, pensó mientras ponía todo nuevamente en su lugar.

Como ambos bandos estuvieron de acuerdo con la propuesta de Link, los personajes esperaron ansiosos la llegada de los primeros niños a la biblioteca. A media mañana, tres niños se sentaron a leer cuentos, otros comenzaron a ver un video y algunos iniciaron los juegos computarizados. Entonces algo extraño sucedió. Los personajes de los cuentos de hadas se desprendieron nuevamente de sus páginas, pero esta vez su tamaño era descomunal. El príncipe de la Bella Durmiente medía tres metros de alto; era muy, pero muy valiente, y muy, pero muy guapo. El Gato con Botas era cuatro veces más grande que cualquier tigre de bengala; hablaba muy, pero muy bien, y era muy, pero muy inteligente. Y la Sirenita tenía el largo de una ballena; era muy, pero muy hermosa y estaba muy pero muy enamorada. Sin embargo, los personajes de la tecnología, que esperaban que les ocurriera lo mismo se quedaron tal cual, tal como habían sido diseñados para la pantalla. Entonces sintieron pánico al ver que los personajes de los cuentos, envueltos en una tenue nube de humo encima de las cabezas de los tres niños lectores, avanzaban hacia ellos implacables.

Cuando el Príncipe, el Gato y la Sirenita iban a ingresar por las pantallas, los tres niños lectores cerraron sus libros, la nube de humo desapareció y los inmensos personajes volvieron a sus páginas en un santiamén. Los super héroes miraban boquiabiertos, sin atinar a nada ni entender lo que había sucedido, pues no estaban programados ni habían sido creados para comprender el maravilloso poder de la imaginación.

Pinocho, el Sastrecillo Valiente, la Caperucita Roja y los demás personajes de los cuentos de hadas volvieron aliviados a sus páginas, cada quien con su cada cual, y se acomodaron lo mejor posible, pues sabían que aún tenían que contar su cuento unas cien mil veces más.