EL TEATRO Y LA LITERATURA EN ROSA FERNÁNDEZ DE CARRASCO

 

El teatro y la literatura en Rosa Fernández de Carrasco

 

SU VIDA

 

Rosa Fernández de Carrasco nació en Cochabamba el 30 de agosto de 1918 y falleció el 20 de julio del 2000. Profesora, poeta y autora de literatura infantil. Estudió la primaria en el Instituto Americano y la secundaria en el Liceo "Adela Zamudio". Posteriormente prosiguió estudios en el magisterio de La Paz, donde egresó como educadora del parvulario, trabajo que ejerció a lo largo de treinta años.

 

Cuentan que desde niña se destacó por su talento para la literatura y el teatro, por eso mismo participó en las horas cívicas de su escuela y liceo declamando poemas y protagonizando obras teatrales. Se cuenta también que escribió su primera poesía a los ocho años de edad y que en la secundaria ganó el Primer Premio de Poesía en un certamen convocado en homenaje al Día de la Madre.

 

Rosa Fernández de Carrasco, en su condición de pionera de la literatura infantil y juvenil boliviana, tuvo una intensa actividad cultural. Fundó el Departamento de Teatro Infantil del Ministerio de Educación, que durante veintiocho años realizó presentaciones en las escuelas del país. Fue miembro del Comité Nacional de Literatura Infantil, de la Unión de Escritores de Bolivia, del grupo “Fuego de la Poesía”, del Ateneo Femenino y de otras instituciones socio-culturales. Está reconocida como una de las fundadoras del Comité Central de Literatura Infantil y Juvenil.

 

Debido a su exitosa labor en el ámbito de la poesía, el cuento y el teatro dedicado a los niños, fue galardonada en varias ocasiones. Obtuvo el Primer Premio para Autores Nóveles con su libro “Teatro Infantil”, en 1956. Asimismo, ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil convocado por el Ministerio de Educación, con una colección de cinco libros, en 1963. Recibió merecidamente la "Gran Orden Boliviana de la Educación", en el grado de Oficial, en 1976.

 

Aparte de sus libros de cuentos para niños “Ticotín”, “Caracol” y “Malvalushka”, escribió, con gran sentido del humor y fina ironía, una serie de piezas de teatro que revelan a una autora que supo acercarse a los niños con talento artístico y sensibilidad de educadora interesada en transmitir sus conocimientos y experiencias en el mundo teatral.  Por lo tanto, no cabe duda de que Rosa Fernández de Carrasco, cuyos libros transmiten valores de paz, solidad y comprensión, fue toda su vida como una niña que quería jugar con los personajes de su imaginación y consigo misma.

 

Toda su energía estaba avocada a crear, tanto en verso como en prosa, un abanico de obras teatrales que despertaran la atención y el interés de los niños; de modo que con esta intención, por ejemplo, escribió “El ratón Pérez se cayó en la olla”, una comedia en verso y dividida en tres actos, basada en el cuento clásico “La ratita presumida”, que invita a los más pequeños a iniciarse en el campo de las artes escénicas.

 

No está por demás subrayar que sus piezas de teatro logran reflejar un mundo real e imaginario, compuesto por animales y humanos, para ser representados en el escenario de los teatros escolares y, por qué no, en los tablados de los teatros donde se dan cita los grandes dramaturgos, esperanzados en representar sus obras y ganarse el corazón y los aplausos de un público emocionado por la magia del teatro, que empieza y termina detrás de los telones.

 

SU OBRA


Poesía: Celajes de alba y crepúsculo (1981). Cuento: Ticotín (1983); Malvalushka (1983); Caracol (1991). Teatro: Teatro infantil (2 v., 1958-1963); Teatro infantil (comedias en prosa y verso, 1987); Teatro infantil TIN (1992); El ratón Pérez se cayó en la olla (2007).

 

SU POESÍA

 

Torta de cumpleaños

 

Me hizo una torta mamita

para el día de mi santo,

pero se quemó todita…

¡y humeaba que era un espanto!

 

¿Qué dirán mis invitados,

cuando en vez de un atracón

de torta y de confitados

tengan que comer carbón?

 

Carnaval

 

Estoy mojado… bien mojadito

con agua alegre de carnaval,

mamá me riñe: Anda a cambiarte,

con esa ropa te has de resfriar.

 

Pero no creo que me haga daño,

año tras año me mojo igual,

porque esta agüita que me han echado,

¡es agua alegre de carnaval!

 

 

 

Autor: Víctor Montoya

Fecha: 30 Junio, 2013