Humanismo y prosa poética
en la obra de Gastón Suárez
Víctor Montoya
Escritor y pedagogo
Gastón Suárez nació en Tupiza, al sur de Potosí, el 27 de enero de 1929 y falleció en La Paz el 6 de noviembre de 1984. Cuentista, novelista y dramaturgo. Hijo de María Paredes, profesora rural, y de Aurelio Suárez, emprendedor minero.
Este autor autodidacta abandonó sus estudios pero juró convertirse en escritor. Trabajó como ferroviario, maestro rural, minero, empleado de banco, camionero, actor y periodista. Por eso mismo, gran parte de su obra tiene un hondo contenido social, filosófico y humano, puesto que conoció y sintió en carne propia la realidad de los habitantes de las ciudades, las minas y el campo.
Su carrera literaria, que se inició en 1951 con la publicación de su primer cuento "El perro rabioso", le hizo merecedor de premios y reconocimientos; por ejemplo, con su pieza de teatro “Vértigo”, que explaya en dos actos y doce escenas una temática existencialista desde la perspectiva de un padre que, después de pasar veinte años en la cárcel, intenta reencontrarse con sus hijos con la ayuda de un mendigo, obtuvo el primer premio en las “Jornadas Julianas de la Juventud”, auspiciada por la Alcaldía paceña en 1967; su obra más exitosa y difundida, “Mallko”, es declarada texto oficial de lectura para los estudiantes en Bolivia, España y otros países signatarios del “Convenio Andrés Bello” en 1974.
Posteriormente, en ocasión del Congreso Mundial de Iglesias Evangélicas, realizado en Nairobi-Kenia, "Mallko" fue catalogado como un ejemplo excepcional de la literatura de los países del llamado Tercer Mundo. Este mismo libro, debido a su alto valor humano encarnado en la vida de un cóndor y su trascendencia universal, fue incluido en la Lista de Honor del premio Hans Christian Andersen en 1976; en tanto su cuento breve “Iluminado”, que forma parte de su libro “Vigilia para el último viaje”, fue recogido en varias antologías hispanoamericanas, como una muestra de que este autor boliviano era digno de ser destacado en el ámbito de las letras internacionales. En 1990, después de su fallecimiento, el gobierno boliviano le concedió, en justo reconocimiento a su aporte literario y cultural, la Gran Orden Boliviana de la Educación en el grado de Oficial.
Entre sus libros dedicados a los niños destaca “Las aventuras de Miguelín Quijano", publicado el mismo año que se declaró Año Internacional del Niño, 1979; se trata de una bella narración inspirada en las aventuras del célebre personaje creado por Miguel de Cervantes Saavedra. Esta novela corta, con prólogo de Julio de la Vega, recoge en sus páginas la personalidad aventurera del niño Miguelín, que parece un pequeño Quijote, un caballerito andante que vive en el mundo fascinante de su propia imaginación.
Sin embargo, su mejor acierto literario es "Mallko", libro escrito con profundo sentimiento y prosa poética, en el que narra la vida de un cóndor, que queda huérfano de madre siendo una cría y que para sobreponerse a las adversidades de su dramática infancia, como lo haría cualquier ser humano, recurre a sus instintos de supervivencia, no sólo a fuerza de vencer los temores y peligros que le rodean, sino también a fuerza de medir sus posibilidades y mejorar su destreza tanto en el vuelo como en la caza. Así transcurre su vida, hasta que se hace joven y encuentra a su pareja en una comunidad de cóndores, donde cría a su descendencia como lo hace un padre que ama de veras a sus hijos.
La historia de Mallko, aunque no es un libro propiamente infantil sino juvenil, nos relata los sentimientos y pensamientos de un cóndor que experimenta las mismas adversidades que un hombre del altiplano, incluidas la soledad y las ansias de libertad, la vida comunitaria y las tradiciones como la famosa “Yawar Fiesta” (fiesta de la sangre), en la que el cóndor es atado en el lomo de un toro y, entre aleteos y corcoveos de dos animales en pugna, es conducido hasta lo alto de un cerro, donde es coronado con kantutas y luego liberado, como símbolo de triunfo y grandeza del mundo andino sobre el mundo occidental.
Este libro, por su contenido humanista, su mensaje de libertad y por las bellas descripciones de las cumbres nevadas de la cordillera, debe ser lectura obligada para todos quienes quieren conocer la geografía y cultura de los Andes.
Su obra
Cuento: Vigilia para el último viaje (1966); El gesto (1969); La muchacha de Hamburgo (1969). Novela: Mallko (1974); Las aventuras de Miguelín Quijano (1979). Teatro: Vértigo o el perro vivo (1967); Después del invierno (1981)
Autor: Víctor Montoya
Fecha: 30 Agosto, 2013