LA BIBLIOTECA: ESPACIO SINGULAR PARA AMAR LOS LIBROS

 
LA BIBLIOTECA: ESPACIO SINGULAR PARA AMAR LOS LIBROS
 
 
                                                                                                          Gaby Vallejo Canedo
                                                                                                          Cochabamba

            Publicado en la Memoria del IV Congreso del IBby

(2007)

 
 
 

Nunca será bastante reproducir ideas ya dichas para asaltar la seguridad de castillo en que se mantiene la mayoría de los docentes cuando se habla de la lectura. Nunca serán tan fuertes nuestros propósitos para debilitar sus casi inaccesibles murallas de autoprotección en que encierran sus antiguos hábitos de enseñar a leer y escribir. Nunca serán inútiles, ideas y proyectos, para arrastrar a docentes que sí se reconocen en un territorio endeble y aceptan abrir las puertas para ir a jugar con Bastián y Harry Potter, con Pinocho y Juvenal Nina, con El Bolso Amarillo y La Portada Mágica, para buscar juntos un espacio y un tiempo para el placer de leer.

 

Para aceptar algunas de las propuestas e ideas de esta conferencia es preciso andar un camino largo, que supone lecturas, reflexiones, experiencias con libros y niños, pero sobretodo, audacias para romper las férreas estructuras del sistema. Escucho con frecuencia a expositores que repiten, como si se tratara de un gran descubrimiento, lo que ya hace décadas se ha estado manejando en las experiencias internacionales que se empeñan en mejorar los niveles de relación con los libros, los niños y la lectura. He escuchado decenas de veces hablar y presentar informes, estadísticas sobre las fallas de la escuela, de los métodos, de los usos y abusos de lecturas, de la selección de materiales impresos, las estrategias y siempre lo mismo. Se han quedado a nivel de análisis del tema que otra vez, ahora, nos convoca. La escuela ha estructurado en todos nosotros de tal manera las ideas sobre lectura que nos cuesta desestructurarnos y atrevernos a otra cosa.

 

En síntesis, he escuchado nuevamente, como las cuentas del rosario, la presentación de si no las mismas, similares o parecidas formas de analizar y comprender los textos de hace 30 años. Se han cambiado las denominaciones. Ahora se llaman la superestructura del texto, la micro estructura y se siguen buscando palabras en el diccionario para proseguir con el uso de ellas en falsas y forzadas oraciones, y se subrayan las ideas principales y se hacen esquemas, síntesis, diagramas, se acosa con cuestionarios que piden repetición de los elementos del texto, que se evalúan en su presentación para pedir después, en nuevas evaluaciones, la memorización y repetición de estos pretendidos logros. Es decir, otra vez las tareas pesadas de intentar penetrar en la obra a través de instrumentos que la convierten en un cuerpo muerto. ¿No se ha llevado así a los jóvenes frente al cadáver de la literatura, a la que hay que diseccionar, partirla, exprimirla y escribir luego sobre ese asesinato para aprobar la materia? ¿Dónde queda el placer de leer, hablar de lecturas y escribir sobre ellas?

 

Estas formas de aproximación a los textos, son evidentemente útiles para acercarse a textos informativos, donde las ideas, su organización, su jerarquía, oposición, ampliación, fundamentación, etc. son sus innatos componentes. Son mecanismos del intelecto creador y de la capacidad de compresión del lector. Pero cómo se pueden someter a los mismos mecanismos de análisis a los textos literarios que gozan de otras cualidades estéticas y éticas. ¿Dónde queda la lectura diversa, dialógica, libre, subjetiva? ¿Dónde queda el placer de leer?

 

Los manuales de lectura, los libros que apoyan los programas de literatura y lenguaje favorecen al encuentro con el tedio. En muchos casos, se trata de bellísimas y cuidadas ediciones a colores, pero organizadas en base a fragmentos, mutilaciones de obras clásicas, a través de las cuales el joven lector no conoce al autor, ni a la obra, ni siente ni ama la literatura. Textos que incluyen las opiniones de otros famosos críticos literarios sobre las obras y que el estudiante debe aprender y aceptar, porque no ha leído la obra, ni interesa lo que como lector opina. Páginas repletas de preguntas y ejercicios para completar, cumplir, para así alcanzar las notas de aprobación de la materia. 

 

Yo no sé en qué parte de Bolivia, los estudiantes logran amar la literatura con estos libros y aquellas estrategias señaladas anteriormente. No sé dónde se están produciendo significativos encuentros con la literatura. No sé dónde están los niños y jóvenes que leen, que hablan de libros y mejor aún, que aman la lectura.

 

No hay cambios valiosos en favor de la lectura. ¿Dónde se los ha registrado, estudiado? Más bien desgaste, fracaso, abandono, expresiones desalentadoras de padres y docentes con referencia a la lectura.
 
Este Congreso Nacional del IBBY-Bolivia es, sin duda, el espacio para difundir los logros, para desmentir mis opiniones, para acercarnos con lo que hayamos hecho en favor de los libros y los niños, para unirnos los que tanto amamos a los libros y difundirlo.

 

Lo dije en otra ocasión. Vivimos en un país que no lee, con un porcentaje de menos de 0,5 % de lectores frecuentes o ávido; en un país que no escribe, donde la producción bibliográfica es mínima y donde no existe una sola editorial especializada en libros para niños. Es un territorio sin bibliotecas para niños y donde la piratería y la fotocopia caminan impunes, los juegos de internet seducen y encantan a jóvenes y niños.

 

En este país, se planta una experiencia de defensa de la lectura y escritura desde el Taller de Experiencias Pedagógicas, IBBY_CEPLIJ de Cochabamba y su pequeña biblioteca, la Biblioteca Th'uruchapitas, biblioteca totalmente atípica. Ganadora del Premio Internacional a la Promoción de Lectura IBBY_ASAHI, 2003, se separa de todos los consabidos métodos escolares y de funcionamiento de bibliotecas y se pone a conquistar un espacio entre profesores, padres, niños y jóvenes. Tantea múltiples caminos. Justamente porque es un desafío buscar docentes motivados, es que inicia sus aventuras hace años y alcanza diversos logros. No será posible presentar todos. Elegimos dos que tienen años de vigencia y a los que no renunciamos, sino más bien, a los que hemos apoyado y perfeccionado en el correr de los años.

 
COMUNIDADES LECTORAS A TRAVES DE LA “RONDA DE LIBROS”
 
“Comunidades lectoras”, un ideal, sin duda, un ideal. Y de ideales se arman los sueños y las ideas. Sueños e ideas juntos mueven revoluciones.
 

Sabiendo que “el gusto por leer no se adquiere bajo el efecto de la necesidad o la obligación” - lo dicen Jolibert y Gloton en el libro El Placer de Leer - sabiendo que justamente la escuela ha convertido al libro en el más aburrido instrumento de “necesidad y obligación” y conociendo las voces de niños y jóvenes que detestan la lectura, es que quisimos desplazar la lectura al territorio del juego, la informalidad, la variedad y la voluntariedad para salvarla.

 

Angélica Lazcano en el programa argentino Banco de Horas de Lectura decía: “La lectura parece más lectura cuando es compartida”. Para nosotros, es vital este enfoque en nuestro proyecto de recuperar la lectura. Pero no solamente el compartir lecturas es más lectura, sino que es la partida hacia otros ámbitos de más connotaciones e interacciones. Este es nuestro segundo fundamento: la cadena infinita de relaciones y lecturas. Por tanto, no se trata de una lectura de aula, donde alguien lee para todos, sino de una lectura convertida en un territorio del juego, de la emoción, de la alegría colectiva, proyectada hacia el infinito de nexos con la vida. 

           

La Ronda de Libros es un esfuerzo orgánico de movilizar personas de diversas edades para las cuales el libro tiene escasa significación en sus vidas. Se trata de convenir, de concertar acciones a favor de un tiempo para el libro. Es, como toda convención, un acto voluntario. No tiene costo. Nadie recibe ni da dinero. El beneficio radica en la emoción de leer muchos libros para hablar de ellos, conocer amigos, compartir proyectos. No está sancionado con calificaciones ni tareas. 

 

Es una programa de promoción de lectura planificada desde la Biblioteca Th’uruchapitas del Taller de Experiencias Pedagógicas de Cochabamba, Bolivia. El proyecto lleva varios años de funcionamiento exitoso. Incorpora en primera instancia a directores de unidades educativas, profesores, alumnos y en segunda instancia a padres, familiares de los estudiantes y otras personas de la comunidad. La Biblioteca Th’uruchapitas presenta el programa Ronda de Libros al principio de cada año escolar a directores y docentes interesados en implementarlo y procede a la inscripción de profesores motivados en la participación, en talleres de actualización y compresión del programa.

 

La biblioteca ofrece en préstamo lotes de libros a cada grado escolar para la activación del programa. En las escuelas inscritas se inicia el programa con una campaña a favor de la lectura, con carteles, visitas curiosas de personajes de cuentos, relatos de experiencias anteriores, etc. Se mantiene el interés durante la campaña por descubrir en qué consisten los anuncios misteriosos para los que realizan la experiencia por primera vez y la incógnita de los libros nuevos que llegarán para los que ya conocen el programa.

 

Cada libro y cada docente tienen una serie de estrategias de animación a la lectura que va implementando como estímulo de aula. Muchas de ellas han sido publicadas en el volumen titulado justamente Comunidades lectoras a través de la Ronda de Libros, publicada por el Centro de Estudios y Producción de Literatura Infantil del Taller de Experiencias Pedagógicas, con la colaboración - en calidad de autores - de muchos docentes que han experimentado el programa. 

 

Estas estrategias de aula se intercambian entre los docentes del programa en las sesiones de encuentro y evaluación.

 

Entre todos los docentes que participan en el programa se implementan acciones conjuntas para estimular la lectura y escritura durante todo el tiempo que permanecen los libros en préstamo. Se estimula la participación activa en el programa de los familiares de los estudiantes, el diálogo familiar alrededor de libros, visitas de padres a las escuelas para hablar de los libros de la Ronda y otros libros. La presentación o envío de opiniones escritas de parte de los que no pueden ir a las escuelas. Es un ir y venir de ideas entre las familias y los estudiantes. 

 

Uno de los resultados más importantes del programa es la realización de las Mesas Redondas de Niños Lectores, de Profesores Lectores y de Padres Lectores. Si se ha logrado el ir y venir de libros, ideas, experiencias en lectura durante un semestre, es posible contar con padres relativamente lectores de los libros de sus niños.

 

La preparación de los moderadores para las mesas redondas de lectores se realiza entre los mismos docentes del programa de acuerdo a las lecturas hechas.

 

Se trata de comprender que aunque el acto de leer es el más íntimo y auténtico, el hecho de compartir lecturas es igualmente auténtico y altamente estimulante. Compartir con los otros las lecturas que se realizan en la más íntima soledad resulta de proyecciones infinitas siempre que alguien lo propicie bien.

 

Copiamos, sólo como complementación, alguna opinión de las muchas que los niños van dejando cada año sobre su experiencia en la Ronda de Libros: ”El cometido principal de la Ronda de Libros fue inspirar un profundo amor a los libros. En mi familia, devoramos los libros, revistas, historias, etc y a la hora de comer cada uno da un informe acerca de lo último que leyó. Los libros de la Ronda fueron los temas durante varias comidas Y donde opinamos sobre las mismas. … La Ronda cumplió su cometido con los ya experimentados lectores y con los que al margen de los textos escolares, casi nunca habían leído nada” Decía estas palabras Yecid Abal Camargo- Colegio Italo –Boliviano, el año pasado.

 

Como dijimos, la Biblioteca Th'uruchapitas ha publicado un volumen titulado justamente Comunidades Lectoras a través de la Ronda de Libros que recupera algunas de las estrategias de animación a la lectura utilizadas por los docentes para determinados títulos pero aplicables a cualquier otro título, opiniones de alumnos participantes y de padres de familia. La primera parte del libro describe el programa. 

 

El año pasado, por primera vez, hemos conseguido que los mejores niños lectores reciban el premio especial consistente en un viaje animado, de todo un día, por la ciudad, con una atención de primera, gracias a la colaboración de organizaciones como el Club Social, Heladería Globos, Museo Arqueológico de la UMSS, Casa del Artista, Home Center Fácil, además de regalos de libros y otros.

 
LECTURA DIALÓGICA
 

La otra experiencia desarrollada en la Biblioteca Th'uruchapitas va en busca de lectores libres y promotores de lectura. De entrada, la creación de un ambiente grato, que es propiedad de los lectores. Un ambiente libre, gratuito. Un espacio en el que pueden elegir libros, llevárselos a casa, leer en familia, preparar su pequeño comentario, recibir la atención igualitaria de sus compañeros, ser escuchados, escuchar a los otros, encontrar las semejanzas con su vida, con la vida de los amigos, de la ciudad, de los seres humanos, leer fragmentos, comentarlos, reforzar sus puntos de vista, compararlos, cambiarlos. Un ambiente sin control, ni evaluación, en horizontalidad total donde todos van a lo mismo y crecen juntos, donde no se usa el poder de controlar y sancionar. Una experiencia duradera, voluntaria, diferente. Una experiencia que produce una transformación interior, el descubrimiento de si mismo, de sus potencialidades. Y fundamentalmente, una experiencia de amor al libro. El docente o bibliotecario se convierte en mediador, estimulador de los encuentros.

 

Danilo Martins de Castro, en Comprensión Crítica y Aprendizaje Dialógico: lectura dialogada, dice “La transformación es dialéctica, nunca acaba. Como las aguas que pasan por un río, el ser humano a cada minuto cambia. … este potencial transformador depende de la interacción con el otro, la comprensión crítica del mundo en que vive y la eterna sorpresa de que todos los días serán diferentes y de que cada lectura de un libro y del mundo y del libro despertará las interpretaciones más emocionantes…”

 

Pero es más. Se trata de descubrir que cada libro tiene un conjunto de ideas, cruzadas entre sí, sentimientos diversos positivos, negativos, fuertes, débiles, grandes, pequeños, sensaciones de todos los sentidos y de sensaciones emocionales sin ubicación precisa. Se trata de encontrar el color, los sonidos, las provocaciones, los propósitos, los por qué, los para qué, los valores. Es la búsqueda de los diversos tonos narrativos, de los diversos lenguajes. Ver la inmensa gama de situaciones de la vida real, del cine, del arte, parecidas a las del texto. Se trata de vincular con la experiencia íntima de cada lector, vincularla a su vez con la dramatización, la plástica, la música, la danza. Se trata de lograr el coloquio sobre la vida a partir de los libros, de cartas de niños entre sí, de niños a adultos o viceversa. Aquí no pueden funcionar las plantillas fijas de análisis. No es posible aproximarse a las obras con las mismas medidas, unificarlas, exigirles lo mismo a todas. No hay atentados contra la literatura, sometiéndola a pasos fijos, ya que cada obra es distinta, genera diversas aproximaciones Es aprender a leer, a defender los libros, a sentir la literatura, desde lo que dice cada obra.

 

Una lectura estimulada por la inteligencia cultural, es decir activar todo el conocimiento del mundo y de sí mismos, lleva a cada lector a las sesiones de diálogo donde cada participante voluntario comunica, dialoga, crece con los otros, donde lee y comenta el fragmento que más le ha impresionado y provocado, donde por turno, los participantes hacen de moderadores, de maestros, de expositores. 

 

Tenemos en la Biblioteca Th'uruchapitas estudiantes que han permanecido en este programa más de 4 años y de niños se han hecho jóvenes. Siempre me he preguntado qué hace que estos niños vengan de barrios lejanos, pagando sus pasajes en bus para permanecer en la Biblioteca Th'uruchapitas por dos horas seguidas. Cuando más pienso, creo más en que las ideas y acciones expuestas anteriormente son nuestra fuerza. 

 

A la Biblioteca Th'uruchapitas han llegado, para estos niños lectores, escritores de literatura infantil, actores de teatro, bailarines, jóvenes poetas con los que han dialogado, a los que les han entregado pequeñas cartas y mensajes. Se ha convertido en un espacio en el que han escrito cartas a escritores importantes de otros países los que han respondido con cartas y libros. Cuántas emociones se han construido al escuchar a los autores, al oírlos leer sus poemas, al conversar con ellos. En un lugar así se producen significativas transformaciones interiores. Lo que siempre pretendo en mis conferencias, en mis libros destinados a docentes: el placer de leer. El placer de leer para compartir luego.
 
¿No es posible ejercitar ese tipo de estrategias en las aulas? ¿Sólo desde una biblioteca pueden generarse programas como la Ronda de Libros, como la Lectura Dialógica de estos promotores de lectura?

 

Hablamos al empezar esta conferencia de lo difícil que es romper en los maestros, con las estructuras mentales organizadas por años de escolaridad que protagonizaron como alumnos y después como docentes. Por eso, insistimos en lo mismo. Nunca es, ni será suficiente hablar de esto que parece “pequeña sutileza” alcanzar a leer por placer y que produce una gran diferencia. Y ahora insisto en mis preguntas ¿Cuántas lecturas se precisan para cambiar?. ¿Se lee literatura infantil, juvenil? ¿Se lee materiales innovadores referentes a estrategias de lectura? ¿Se lee las investigaciones y producciones en el área de lecto-escritura que publican los demás países? ¿Se visita las bibliotecas? ¿Se intercambian voluntariamente libros entre docentes? ¿Se lee? ¿Se lee? ¿Se lee?

 

¿Será que son los bibliotecarios los encargados de este proceso de lograr el amor a los libros? ¿Tendremos que renunciar los docentes a ser los agentes de estas transformaciones por presiones de programas y textos escolares? ¿Tendremos que ser docentes bibliotecarios, estar vinculados con una biblioteca?

 

Lo cierto es que cada vez encuentro más que los libros hacen felices a muchas personas, que les dan respuestas fundamentales a sus vidas, que les dan “el poder” de la palabra que es un poder de primera, pero que sobre todo les dan la fuerza, las justificaciones para fortalecer sus identidades, trátese de identidades personales o colectivas, siempre diferentes y valiosas por eso mismo.

 

Este Congreso del IBBY es un ESPACIO, con mayúscula, de la lectura dialógica, de la palabra compartida, del coloquio sobre libros, por eso mismo altamente transformador. Bienvenido el Congreso. Rompamos la soledad del lector silencioso. Rompamos las categorías escolarizadas y neutras. Seamos lectores en diálogo permanente. 

Autor: Gaby Vallejo Canedo

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