LA MIGRACIÓN EN LA LITERATURA INFANTO JUVENIL LATINOAMERICANA

LA MIGRACIÓN EN LA LITERATURA INFANTO JUVENIL LATINOAMERICANA

Luis Cabrera Delgado
Santa Clara, 18 de septiembre de 2009

Los primeros hechos relacionados con el fenómeno de la migración en América están recogidos en el Diario de navegación, de Cristóbal Colón, y señaló específicamente dos momentos claves; son ellos cuando el Almirante escribe: “…el día Viernes que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahani (…) Puestos en tierra vieron…” (p: 48), y a partir de ahí da testimonio de la presencia de los europeos en estas tierras. A su vez, el flujo inverso se inicia cuando Colón manifiesta: “…le había parecido que fuera bien tomar algunas personas de las de aquel río para llevar a los Reyes” (p: 87).

    Desde entonces grandes y constantes marejadas de seres humanos se han movido, no sólo dentro de las tierras denominadas como Nuevo Mundo, sino para y desde ellas hacia y de todos los demás confines del planeta; razones fundamentalmente económicas y también políticas, de las más disímiles circunstancias, las han motivado, causado y propiciado. Fenómeno que hoy en día, dado los adelantos científicos y tecnológicos, sobretodo en las transportaciones y las comunicaciones, lo que ayer podía ser un hecho individual transcendente, se ha convertido en una práctica de ida y regreso fácil y rutinaria.
   La literatura infanto juvenil latinoamericana, producto del enriquecimiento multitemático que ha venido incrementando en los últimos decenios, ha incluido a la migración dentro de los asuntos factibles en los libros para los niños y jóvenes, edades del desarrollo humano que más pueden afectarse o beneficiarse por el traslado residencial, no sólo en el sentido físico o geográfico, sino también por la translocación cultural que ello conlleva; y la literatura, manejando el tema, puede coadyuvar en la preparación para  enfrentar esta realidad.
   Cito libros que de manera diferente abordan los flujos migratorios: Stéfano, de la argentina María Teresa Andruetto nos lleva por el desamparo de los que, dejando su país, llegaron al continente para sentir el desarraigo y extrañamiento frente a una nueva realidad. En este mismo sentido se inscribe Memorias de Vladimir, de la también argentina Perla Suez,  que relata las experiencias de un niño de doce años que emigra de la Rusia de los zares y llega a Sudamérica a finales del siglo XIX, quien logra realizarse como persona adaptándose a una nueva vida, pero conservando profundas raíces de su cultura de origen.
    Hojas amarrillas para una violeta  de Mercedes Pérez Sabbi, es otra novela que nos cuenta de la inmigración que se produjo en Argentina, con la peculiaridad que esta historia se va armando con las cartas que se cruzan dos adolescentes, y en ellas se van relatando hechos del pasado de sus respectiva familias que van descubriendo en viejas cartas escritas en diferentes puntos del planeta, los que nos da una visión de los sueños, las esperanzas y las frustraciones, no sólo de los que se fueron, sino también de los familiares que se quedaron en Europa.
    No siempre el traslado a América se hizo de manera voluntaria, fue ello el caso ocasionado por la trata de esclavos, y tal fenómeno se refleja en El son del África, del argentino Sergio Bizzio, una novela de aventura enmarcada la época de en que se cazaban y traían a los negros como mercancía para ser usados como fuerza de trabajo. En Cuba, el dramatismo de esta inhumano trato fue reflejado en Ponolali , de Dora Alonso, un libro no escrito específicamente para los joven, pero que estos, como ha ocurrido en otras muchas ocasiones, se han hecho destinatario del texto por avenirse a sus intereses lectores.
   En estas obras siempre aparece la realidad histórica como telón de fondo de los procesos migratorios que se describen, y en relatos de hechos más recientes pueden  estar presente elementos puramente autobiográficos, como es el caso de la uruguaya Carolina Trujillo Piriz, en su libro De exilio, maremotos y lechuzas (Primer Premio en el Concurso Colihue de Novela Juvenil 1990) en el que nos relata una historia personal de exilio forzado por causas políticas ya que su padre fue preso por el gobierno militar, su familia que se ve obligada a huir a Europa y debe integrarse a una nueva y desconocida cultura.
“Yo había entendido todo lo que mamá me había explicado de papá, eso de que estaba preso porque pensaba diferente que los milicos y que los milicos quieren que todos piensen igual que ellos y como papá había dicho que pensaba diferente lo habían metido preso, y además papá no quería que los niños tuvieran hambre, y mamá tampoco y por eso es que nos tenemos que ir de acá, porque si no también van a meter presa a mama…” (p: 25)7
   En ocasiones, y es experiencia en la emigración forzada por razones políticas, que al cambiar la situación del país, estos exiliados regresen después de vivir años en el extranjero, y de nuevo el choque es inevitable, pues la experiencia recorrida en uno y otro sitio crea escollos que sólo el afecto, el entendimiento y el tiempo pueden borrar.
    Este segundo momento de desgarramiento está reflejado en  Como un salto de campana  del chileno Víctor Carvajal, texto que nos relata el encuentro de un niño chileno, educado en un mundo europeo, con la cultura de su familia, por lo que recibe una fuerte carga de emociones ante un paisaje desconocido y nuevas costumbres y modos de vida diferente a la que estaba acostumbrado.
     Esta situación aparece por primera y, hasta el momento, única vez en la literatura cubana en el libro de René Valdés Torres: Bajo el aire y el sol de Buenavista, en el que un niño, supuestamente nacido en el extranjero, viene con sus padres emigrantes a conocer su familia y cultura de origen y nos cuenta sus experiencias en este sentido; texto manejado con un sentido idílico, semejante al de las vivencias de cualquier nieto que va de vacaciones a casa de los abuelos, sin que se reflejen los posibles conflictos que esta inusual situación pudieran ocasionar,
    Por su parte, del cubano Joel Franz Rosell en su libro Mi tesoro te espera en Cuba,  que fue Premio de la Ville de Cherbourg, 2001, en Francia, recurre a la emigración, como circunstancia previa para desencadenar los hechos de la trama que nos narra  cuando la nieta de un cubano radicado en España viene con el encargo de su abuelo de encontrar un tesoro que su familia dejó escondido al abandonar la isla, y conoce una nueva realidad, extraña y diferente a la conocida por ella, pero para nada angustiante y que sirve de escenario para que esta niña viva una entretenida aventura.
   En Kike la cubana radicada en los Estados Unidos Hilda Perera nos introduce también en el tema de la emigración, pero esta vez a través de un hecho muy peculiar, como lo fue el envío masivo de niños cubanos en los primeros años de los sesenta del siglo XX hacia la Florida, en la llamada Operación Peter Pan. La motivación de la narración surge por los recuerdos que se despiertan por su protagonista, a partir del momento en que, ya adulto, va a recibir a los entonces nuevos emigrados cubanos cuando la salida masiva por el puerto de Mariel –acontecimiento también único y especial en la historia de la emigración en Latinoamérica-; y la presencia de niños que llegan, le hacen revivir los tristes recuerdos de su experiencia.
“Parecen sombras. Están desorientados, cetrinos, hambrientos. No saben qué será de ellos, No saben ni cómo volverán a ver a sus hijos,  a sus padres y hermanos que dejaron en Cuba (…) Yo siento que soy yo también, un niño solo, hace quince años, el que marcha con ellos. Se me hace un nudo en la garganta (…) No me salen las palabras. Sólo estiro el brazo y alcanzo a poner mi mano sobre la cabeza de un niño, quizás sin padres como yo, y le digo:
─¡Bienvenido, hermano!
   En esta novela se describe el desarraigo y abandono que sufre su protagonista,  así como el desafecto por parte de una pareja con la que va a vivir y que lo han aceptado en su hogar sólo para obtener el subsidio social; todo ello hace que el personaje vaya tomando conciencia de su penosa situación en la que también se incluye la discriminación. Cuando después de algunos años de separación, el niño se reúne con sus padres, que también han logrado llegar al exilio, vuelve a vivir un duro proceso de readaptación y debate sobre su identidad.
   En El día de ayer, de la ecuatoriana Edna Iturralde, aunque su tema fundamental no es exactamente la emigración, mucho de los acontecimientos de su trama tiene que ver con el deseo de un grupo de adolescente de llegar a los Estados Unidos y para ello contratan a un coyote que los trasladas de polizontes en un barco refrigerado hasta México, de donde piensan atravesar la frontera al país del norte. Una de las muchachas muere en la travesía, y el intento de los demás de seguir viaje se ve frustrado al llegar a la costa mexicana, pues quienes los llevan, trafican también drogas, práctica no extraña en estos viajes, y son capturados por la policía. Se registra así una manera frecuente en la emigración ilegal de latinoamericanos hacia los Estados Unidos.
    El personaje que sí logra pasar clandestinamente esta frontera es María, la hondureña que trabaja de sirviente indocumentada en Miami, después de escapársele a quien pretendía que ejerciera la prostitución, situación que expone Hilda Perrera en su novela juvenil La jaula del unicornio como denuncia al precio que se paga al afrontar una emigración ilegal hacia los Estados Unidos. Este personaje ha dejado una hija en Honduras y para poderla traer consigo, debe desembolsar una importante suma de dinero por un matrimonio falso; después la niña se integra a la vida en ese país y ocurrirá lo que la escritora convertida en personaje de la novela pronostica como colofón de este proceso: Y hablará tres idiomas. (La primera generación trabaja; la segunda, sale a flote; en la tercera nadie recuerda si alguna vea la abuela anduvo descalza (p: 98-99)
    En Inventarse un amigo , Enrique Pérez Díaz, por primera vez en la literatura infantil cubana, hace referencia a una forma muy peculiar de emigrar desde una isla como lo es Cuba, y nos habla de un personaje que se ha ido para los Estados Unidos en una balsa rústica construida con una cámara de camión. El autor retoma el tema en otro de sus libros: Las cartas de Alaín , esta vez con el ingrediente dramático de que es un niño el personaje al que los padres se  llevan de manera clandestina, con el trágico resultado de que el mar se los traga a todos y nunca llegan al destino deseado.
   La migración, forzada o voluntaria, como un anhelo o necesidad del ser humano en la búsqueda constante de la felicidad, el desplazamiento para encontrar un lugar que considere mejor para vivir, es un hecho inherente al hombre desde la época de la comunidad primitiva y continuará con toda la carga de nostalgia y desarraigo que pueda tener, aún cuando el destino llegue a ser un sitio fuera del planeta de origen, así como la vuelta, como derecho ineludible del individuo a regresar a su lugar de origen; la literatura por su parte, independientemente de la edad de su destinatario, seguirá reflejando este desplazamiento, pues la migración siempre será un buen tema de conflicto.

 

Autor: Luis Cabrera Delgado (Cuba)

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