7 Octubre, 2022
Por Mariana Ruiz Romero
Las novedosas adaptaciones de fragmentos de textos a historieta son una parte de la solución para atraer jóvenes a la lectura, pero no pueden sustituir textos completos.
No es casual que la Biblioteca del Bicentenario haya decidido apostar por el cómic a la hora de difundir y promover textos bolivianos entre sus jóvenes lectores. Ya en 2020 la feria del libro de Bolonia estrenó, por primera vez, tres categorías de premiación dedicadas exclusivamente al noveno arte, y es que la historieta es una fuerza de la naturaleza, un medio novedoso del lenguaje, que yuxtapone imágenes y diálogos, y que, junto al manga, ha copado la imaginación de millones de lectores.
La historieta presupone necesariamente imágenes secuenciales y puede estar acompañada o no de texto escrito; trabaja la lectura de imágenes y la correlación de acciones dinámicas con textos raramente descriptivos. Es una manera ideal de avanzar en el mundo de la lectura, ya que sitúa al lector en el ambiente, define con claridad los personajes y facilita la decodificación del relato. Además ¡es súper entretenida de leer! (Qué es banda dibujada, Ruiz, 2020)
Cuando miramos Adela Zamudio, flor de los Andes con textos de Edward Rosenthal e imágenes de Susana Villegas, del Grupo Editorial Kipus, nos encontramos ante una acertada y hermosa propuesta de relectura. El libro se basa en gran parte en Adela Zamudio, una mujer admirable de Eduardo Ocampo Moscoso, pero lo hace desde una perspectiva particular, haciendo énfasis en el feroz intercambio epistolar que tuvo Adela defendiendo a Guillermo Payne, (personaje que vendía biblias no católicas), con el poderoso clero de su época.
La valentía de Adela, su prosa contundente y sus poemas sentidos, se representan como el transitar de una rosa, desde su florecimiento a su marchitar, en primorosas ilustraciones de gran formato, que combinan con maestría sus textos con las evocativas imágenes de Villegas.
Otras propuestas novedosas son aquellas que propone Comunidades de Diálogo, parte de la BBB, que se ha dedicado a adaptar fragmentos de texto complejos y voluminosos a historieta, para facilitar su lectura.
La Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB) es un proyecto editorial del Estado Plurinacional de Bolivia que prevé la publicación de una selección de 200 títulos de libros considerados indispensables para comprender el pasado y el presente de la nación. Su propuesta consiste en publicar diversos títulos en distintas áreas del conocimiento, re-editando y compilando la obra de varios intelectuales bolivianos, y, -si bien no ha logrado concretar aún ni el 40% de su catálogo-, ha decidido ahora enfatizar la adaptación de textos como El Katarismo de Javier Hurtado, la película Vuelve Sebastiana de Jorge Ruiz, El gran fumar de Jurgen Riester, o la Historia de la Rebelión de Tupac Katari, 1781-1782 de María Eugenia del Valle de Siles, a formato cómic.
Como dijimos, los resultados son variados, veamos dos de ellos.
El gran fumar, con texto de Maximiliano Barrientos, e ilustraciones de Pablo Miño, Miro Bazoalto y Houry Hou, resuelve con maestría la adaptación de un fragmento de este fabuloso compilado antropológico del mundo guaraní. Riester supo, como nadie, relatar, compilar y describir las creencias y cosmovisión de sus sujetos de estudio. Convivió con los Guaragsuwe, los chiquitano, los guaraní y visitó muchas de las misiones todavía funcionales en las décadas del 60 y 70.
Este breve pasaje relata cómo un brujo o mbaekua puede encantar a toda una población, trayendo consigo enfermedad y muerte, y cómo se le enfrentan los chamanes, los payes, aquellos fuertes de corazón, quienes deberán fumar y extirpar el mal de los cuerpos de las víctimas. Escrito como un cuento de terror, con ilustraciones muy bien ejecutadas, el cómic representa con acierto la cosmovisión guaraní y posee coherencia interna.
Es importante decir que este es apenas un cuento y no debe confundirse con la obra completa de Riester: Yembosingaro Guasu. El Gran Fumar. Literatura sagrada y profana guaraní" que fue publicado en cuatro tomos y en versión bilingüe guaraní-español en 1998.
Precisamente la extensión de los textos plantea un desafío interesante para su adaptación al cómic.
El Katarismo, con textos de Willmer Urrelo y dibujos de Rafaela Rada, plantea el aproximarse de una jovencita alteña a esta importante historia de un movimiento político de raíces aymaras: se habla de los actores principales, sus tribulaciones y problemas, fragmentos esenciales de sus discursos, el nacimiento de una perspectiva indigenista y cómo estos elementos logran conmover a la protagonista hacia un lugar de activismo político, ya que los problemas del racismo y clasismo en Bolivia siguen persistiendo hasta el día de hoy.
Sin embargo, de ninguna manera se lo debe considerar como una sustitución del texto de Javier Hurtado, cuya primera edición, publicada por el Instituto de Historia Social Boliviana en 1986, cuenta con 340 páginas.
Respecto a la iniciativa de la BBB, que ya cuenta con 6 títulos, podemos decir que el esfuerzo es encomiable y quienes crean los diálogos son escritores de gran renombre, (así como quienes hacen los dibujos son historietistas reconocidos), pero que los resultados difieren en calidad.
Esto se debe a la complejidad de los textos que se quiere adaptar, además, por ningún motivo, se debe pensar que ellos sustituirán a los mismos.
Servirán, apenas, como introducciones ágiles a temáticas maravillosas, políticas y antropológicas, pero no son ni deben ser pensados como sustituto de la lectura de textos completos.
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