17 Enero, 2025
La belleza como derecho
"…allí donde el niño dice: Yo escucho el color de los pájaros."
Manoel de Barros
Por Cielo Salviolo . Ex directora del canal Paka Paka, Argentina.
Hablar de belleza en los tiempos actuales puede parecer algo de otra época o incluso banal frente a la necesidad urgente de garantizar derechos fundamentales en nuestra región como la alimentación, la educación, la salud o la protección contra la violencia en un mundo complejo, desigual y muchas veces cruel con las niñas y los niños.
Pero la belleza no es un lujo ni un privilegio, sino un derecho para todos los niños y niñas, independientemente de su contexto social o económico. El derecho a la belleza implica, que cada niña, cada niño tenga acceso a experiencias significativas que alimenten su imaginación, curiosidad y capacidad de asombro y que expandan los mundos simbólicos y poéticos.
Desde el campo de la producción cultural, esto incluye el acceso y disfrute de espacios estéticos bien diseñados; de actividades artísticas y culturales significativas; de contenidos audiovisuales y digitales de calidad con variedad de estéticas; de cuentos, palabras y narraciones inspiradoras y estimulantes.
Espacio Arroró para primera infancia. Tecnópolis. Argentina 2023.
Colocar a la belleza en clave de derechos para las infancias, como señala María de los Ángeles “Chiqui” González, gestora cultural, dramaturga argentina y ex ministra de Cultura de Santa Fe (Argentina) , implica proponer experiencias emocionales, sensoriales y culturales que permitan a niñas y niños vivir plenamente su infancia y acompañen su desarrollo integral. Vivir plenamente la infancia, vivir plenamente la experiencia de lo infantil.
Las niñas y los niños son capaces de percibir la belleza del mundo porque sienten emoción estética. Negarles esta capacidad sería como anestesiarlos. Michèle Petit, antropóloga francesa, ha dedicado gran parte de su trabajo a reflexionar sobre el papel de la lectura, el arte y la cultura en la vida de las personas, especialmente en contextos de vulnerabilidad. Para Petit, la belleza, entendida en su sentido más amplio, es un derecho fundamental que tiene el poder de transformar y sanar, especialmente durante la infancia. Desde su enfoque, el derecho a la belleza no es un lujo, sino una necesidad vital que permite a los niños no solo resistir ante las adversidades, sino también florecer.
Petit argumenta que el acceso a la belleza —a través de la literatura, el arte, la naturaleza y las experiencias estéticas— es un derecho básico que permite a los niños crear un espacio interior de resistencia, especialmente en contextos de violencia o precariedad. Este espacio interior se construye como un refugio y un lugar de encuentro con lo diferente, con lo plural. La belleza, al abrir ventanas a mundos diversos y desconocidos, enriquece la imaginación y las capacidades expresivas de niñas y niños.
Poemas de la Tierra. Serie audiovisual de canal Pakapaka. Argentina. 2022
Disfrutar de experiencias estéticas —sean libros, series de TV, videojuegos, obras de arte o paseos por un parque— ofrece a niñas y niños la posibilidad de conocer otros modos de ver el mundo, alimentando su capacidad para crear conexiones profundas con los demás y consigo mismos. Para Petit, el verdadero aprendizaje está ligado al placer y a la emoción que produce el contacto con lo bello. Aprender no es solo acumular información, sino experimentar el mundo con todos los sentidos, dejando que la belleza toque las fibras más íntimas. En la búsqueda de lo bello también está el encuentro con lo poético.
El derecho a la belleza es también el derecho a vivir en un mundo donde lo que se experimenta y aprende toca el alma y da sentido a la existencia. Ofrecer a las niñas y niños espacios y tiempos para experimentar la belleza y sumergirse en su capacidad creativa es ofrecerles la posibilidad de existir de manera más plena y significativa. La belleza es lo que permite a las infancias crecer con dignidad, con curiosidad y con esperanza. Es fundamental que las sociedades asuman la responsabilidad de crear condiciones para que la belleza esté al alcance de ellas. Esto demanda no solo ofrecer recursos culturales y artísticos, sino también generar entornos donde los niños puedan sentir que el mundo les pertenece y que tienen derecho a lo bello, a lo complejo, a lo enriquecedor.
El derecho a la belleza en la infancia es, en última instancia, el derecho a conocer un mundo más vasto y plural, a aprender desde el placer y la emoción, y a existir plenamente, conectados con la sensibilidad que nos hace humanos.
Por ello, no sólo no es fútil, sino que es probablemente la condición de posibilidad para que otras cosas pasen como el asombro, el descubrimiento, la imaginación, la creatividad.
Soñadores, serie audiovisual de canal Pakapaka. Argentina 2022.
María Teresa Andruetto afirma que "el derecho a la belleza es de naturaleza política" y añade que "sin belleza la vida no es vida, sino una rutina de días iguales que destruye también la salud.".
Desde esta concepción de la belleza, podemos pensar entonces que hay una dimensión ética y una política. La belleza no se reduce a lo que es agradable a los ojos, sino que está intrínsecamente ligada a la justicia, la igualdad y la inclusión. Crear entornos bellos para los niños es reconocer su dignidad y su derecho a experimentar lo mejor que el mundo tiene para darles. Y ese mundo tiene que poder ofrecerles el disfrute y el goce de una serie audiovisual o una película, de un cuento ilustrado o de un juego en una plaza, de una visita a un museo o de una canción de cuna o una copla que expanda sus horizontes estéticos y culturales.
Para que eso suceda quienes pensamos contenidos y propuestas culturales para las infancias no podemos perder de vista que aquello que hacemos, que los bienes culturales que creamos y ponemos a disposición de las infancias no pueden prescindir ni de la calidad ni de la belleza.
Ello implica explorar en cada producto cultural elementos claves. Los productos culturales para las infancias deben ser de altísima calidad y reflejar una variedad de estilos y formas artísticas que permitan a las infancias descubrir diferentes expresiones visuales, sonoras y narrativas. Esto les ofrece una gama más amplia de estímulos y les ayuda a desarrollar un criterio estético propio. Es importante evitar estereotipos o fórmulas comerciales limitadas que suelen reproducir los mismos patrones, las mismas paletas de colores, las mismas formas y diseños de personajes.
Proyecto Mapa de sueños. Pakapaka 2023.
La apuesta es abrir ventanas al mundo, aproximar lenguajes expresivos, permitirles reconocer aquello que ya conocen y conocer lo nuevo, aquello que se integra a su repertorio cultural y lo enriquece.
Y aunque es clave que los contenidos sean comprensibles y apropiados para las infancias, esto no implica que deban ser simplistas o reduccionistas. Una propuesta estética puede ser sutil, elaborada y rica en significados sin ser abrumadora, apelando a su curiosidad y sensibilidad.
Los productos culturales interactivos que involucran a las infancias en el proceso de creación o de experiencia estética pueden tener un impacto más profundo. La posibilidad de moldear su entorno artístico a través del juego o de la experimentación activa puede enriquecer la relación que desarrollan con la belleza. La posibilidad de co-crear con las infancias permite que ellas se conviertan en protagonistas de los procesos creativos de manera participativa y respetuosa. Y con certeza que sus aportes son decisivos para generar productos culturales que sean relevantes, ricos, potentes y significativos.
El derecho a la belleza en la infancia reivindica el acceso de los niños y niñas a experiencias que enriquezcan su percepción del mundo, su imaginación y su desarrollo integral. Este derecho implica no solo la posibilidad de estar rodeados de entornos visualmente bellos, sino también de participar activamente en experiencias artísticas, sensoriales y culturales que les permitan descubrir y crear belleza en todas sus formas.
Es importante también comprender que para las infancias, la experiencia estética no se limita a lo visual, sino que abarca también lo táctil, lo auditivo e incluso lo olfativo. La combinación de estímulos sensoriales puede hacer que los productos culturales sean más envolventes y estimulantes.
Sala inmersiva Zamba y los 40 años de democracia. Pakapaka y CCK. 2024.
Y finalmente, la apuesta estética no puede pensarse escindida del contenido así como el contenido no puede pensarse escindido de su forma, de su dimensión estética. Los productos culturales para las infancias que dejan huella, que construyen memoria y dejan una marca en sus vidas lo hacen precisamente porque combinan forma y contenido. La relevancia de un tema, el vínculo y diálogo que construye con la audiencia se potencia con una estética cuidada que enriquezca y colabore con su comprensión.
Desde esta perspectiva, la belleza, tal como la conceptualiza Chiqui González, es una forma de conexión con lo profundo de la vida, una oportunidad de estar en contacto con lo sublime, lo diverso y lo inesperado. Para ella, la belleza está presente en lo cotidiano, en las pequeñas cosas, y debe estar al alcance de todos, sin distinciones.
Este derecho también conlleva una reflexión sobre qué consideramos como bello y cómo podemos abrir nuestras concepciones de belleza para que incluyan diversidad, inclusión y respeto por las diferencias. Así, el acceso a experiencias estéticas no debe limitarse a cánones establecidos, sino que debe invitar a los niños a explorar la belleza en la naturaleza, en las relaciones humanas, en los lenguajes artísticas, en la ciencia, y en la vida misma.
Las infancias, al estar en constante descubrimiento del mundo, tienen una capacidad única para crear desde la espontaneidad y la curiosidad. En este proceso, reinterpretan y transforman lo que ven a través de su propia mirada, imaginación y sensibilidad.
Como gestores culturales, tenemos la responsabilidad de estimular estas acciones creativas, naturales de las infancias, y crear espacios donde niñas y niños se sientan seguros y libres para explorar su creatividad. Esto implica tanto la creación de ambientes estéticos que las inspiren como ofrecerles materiales y recursos que amplíen sus horizontes, espacios donde sus propias visiones y creaciones sean valoradas.
Hacer, crear y transformar son actos de belleza y las infancias tienen derecho a sentirla en los gestos, las palabras, las miradas…En la voz que los acuna, en el aula de la escuela, en la tele, en los libros, en las pantallas, en sus vínculos con otros y otras. La belleza juega un papel crucial en la vida de niñas y niños. Su percepción estética es distinta a la de los adultos y se construye a través de objetos atractivos que capturan su atención y estimulan su capacidad de exploración. La interacción con entornos bellos los motiva a aprender, experimentar y desarrollar su conocimiento del mundo de manera activa.
Es esencial reflexionar sobre si el mundo adulto les proporciona la libertad de elegir aquello que encuentran bello o interesante, dado que nuestras influencias sociales pueden moldear su espacio creativo.
Estas experiencias contribuyen a que los niños desarrollen una identidad estética propia y aprecien la estética en su entorno. Es responsabilidad de las adultas y los adultos garantizar una mayor equidad en la distribución cultural y simbólica de los bienes, los saberes, los afectos, los espacios de juego y esparcimiento, los encuentros con otros donde se creen sentidos.
Las infancias no solo persiguen la belleza persistentemente, sino que también son seres de belleza: la sienten, la producen y la comunican. Esto no significa que deban vivir en un mundo idílico, sino que quienes las acompañamos en su crecimiento tenemos la responsabilidad de ofrecerles belleza en los espacios que habitan porque todo espacio es susceptible de ser transformado en un lugar de belleza, siempre que haya ternura, sensibilidad, delicadeza y respeto.
Inventar Pakapaka 2020-2024.
Promover el derecho a la belleza es, en última instancia, crear productos culturales y espacios que valoren la sensibilidad, la creatividad y la expresión y que también estimulen el encuentro con el otro. La pregunta por los bienes creativos a los que tienen acceso las infancias o por la calidad de las experiencias estéticas que experimentan, o por la belleza de los espacios que habitan donde construyen sus subjetividades, no es banal, es la pregunta por las condiciones para sentir, crear, imaginar, resistir y, especialmente, transformar este mundo en algo mejor.
Bibliografía
Andruetto, M.T. (2021, agosto, 27). El derecho a la belleza. Columna Gente conmigo en Nada del otro mundo. 102.3 FM Nuestra Radio. https://www.cba24n.com.ar/medios/102-3-fm/nada-del-otro-mundo/el-derecho-a-la-belleza_a6128e35b94d9534f354933c8
González, M.A (2022). Somos lo que la niñez nos dejó ser. En Defensoría del Pueblo de la Provincia de Santa Fe (Ed), Gramática de los derechos (pp 32-37).
Petit, M. (2024). Los libros y la belleza. Ediciones Kalandraka.
Petit, M. (2023). Entrevista: La belleza es un derecho humano. Más cultura. https://mascultura.mx/la-belleza-es-un-derecho-humano-el-de-la-alegria-de-existir-una-entrevista-a-michele-petit/
Red Nacional Primera Infancia & Consejo Nacional de los Derechos del Niño y el Adolescente. (2020). Plan Nacional de la Niñez. Revisado y actualizado. Conanda.
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