10 Noviembre, 2023
Isabel Mesa Gisbert
Primera parte de la ponencia en homenaje a Gaby Vallejo presentada en el ANUARIO DE LA ACADEMIA BOLIVIANA DE LA LENGUA
Correspondiente de la Real Española Volumen 31-2022
Hablar de Gaby Vallejo Canedo es hablar de una mujer que ha dedicado su vida no solo a la producción de literatura infantil y juvenil, sino a su difusión y, además, a la promoción e incentivo de la lectura. Ella ha sido el nexo entre los pioneros de la literatura infantil boliviana y la literatura moderna, desafiando y transgrediendo el pensamiento de su tiempo. Formó equipos de trabajo junto a maestros que se convirtieron en precursores de la divulgación de estrategias de lectura creando pequeñas bibliotecas en plazas, mercados y cárceles sin importar el tiempo y esfuerzo que esto les pudiera tomar. Fundó la biblioteca Th'uruchapitas, la más importante de literatura infantil que hay en el país, y participó en congresos y seminarios con notables trabajos de investigación que aportaron al conocimiento de la literatura boliviana.
Gaby Vallejo se convirtió en el referente de la literatura infantil boliviana a partir de los años 80 y durante los siguientes 20 años. En sus textos infantiles podemos ver su preocupación por los problemas que surgen en el país en estas dos décadas; situaciones que forman parte de su literatura, literatura que a veces expresa con mucha dureza. Sus primeras obras denuncian el maltrato infantil (que hereda del grupo de los pioneros), que mantiene en sus argumentos como una transversal. Sin embargo, hay otros temas que en ese momento pesan más, como el conocimiento del otro. Vallejo ofrece al pequeño lector obras en las que muestra la historia, los mitos y las leyendas de las culturas andinas, con la finalidad de rescatar los elementos que las identifican. En la década de los 90 reclama la práctica obsoleta del conductismo y de la educación vertical, y se anticipa a la reforma educativa del 94 que propone una enseñanza intercultural y bilingüe. La cantidad de migrantes bolivianos que se instalan en España y Argentina, donde encuentran un trabajo que les permite enviar remesas interesantes a sus familias, la inspira para escribir sobre ellos y denunciar el maltrato que sufren en el exterior. Gaby Vallejo no se queda en el tiempo, sino que renueva su literatura de acuerdo al momento que vive. Así, en el inicio del siglo XXI, se involucra en la vida de los jóvenes adolescentes y nos habla de las pandillas, de los tatuajes, del amor, de la discriminación y de la violencia sexual.
A lo largo de su carrera literaria infantil, la cuentística de Gaby Vallejo toca muchos temas que desarrolla en función a las tendencias sociales y políticas que el país vive entre 1980 y 2000. Es importante destacar que gran parte de su producción de cuentos fue publicada, en primera instancia, en la revista infantil Chaski en la década de los 80 , de la que fue directora el primer año1.
En su primera época, Vallejo mantuvo la línea de denuncia al maltrato infantil que habían usado los pioneros y, al igual que Óscar Alfaro, compartió situaciones complicadas sin subestimar al lector. Al respecto, tiene varios relatos que hablan de la violencia física contra los niños como Juvenal Nina (1981), Mi primo es mi papá (1989) y, posiblemente el más duro de todos, La K'alincha2, el cuento más triste y sórdido de la autora. Con fotografías en tono sepia se descubren casas de adobe de la zona rural. Laprotagonista es una niña traviesa, curiosa e inquieta que vive con la abuela y el padre. El día de Todos Santos no ha podido quedarse quieta, entonces el padre, que llega borracho, le quema los pies. Un cuento complejo para el lector infantil debido a la dureza de las imágenes y del argumento.
Uno de los temas que destaca a lo largo de toda su obra tiene que ver con la identidad de nación. Su afán es de alguna manera didáctico, pues sus textos, sin tener moraleja en el desarrollo, buscan que los niños y jóvenes, conozcan hechos de su historia y de su tradición oral. Vallejo rescata leyendas, mitos y rituales de los pueblos indígenas de Bolivia para que los niños se f miliaricen con las culturas precolombinas. Es el caso de Juvenal Nina, Wara y el sudor del sol (1986), Amor de colibrí (1995) y Las cuatro esquinas del mundo (2013). Es interesante el papel central que la autora le da a la figura del abuelo, y que se repite en varias de sus obras.
Relaciona la tradición oral y el cuento con la presencia de los ancianos, quienes transmiten su sabiduría y experiencias.
Siendo Vallejo maestra, otros de sus cuentos están lógicamente ambientados en escuelas con temas como el despertar del amor en los preadolescentes y la relación de los niños con los libros. Sin embargo, esas mismas historias están cargadas de una fuerte crítica a un sistema de educación vertical y conductista que, además, estaba dirigido a niños cuyo idioma materno era el castellano: maestros que se burlan de sus alumnos, que castigan por todo y por nada, que prefieren ser autoritarios antes que amigos, que denigran a los niños indígenas, y que, además, no hablan el idioma nativo en las escuelas rurales. Este sistema prevalece hasta 1994 cuando se inicia la Reforma Educativa que llega con una nueva propuesta que se basa en la enseñanza intercultural y bilingüe. Llenar de libros las casas de los niños (1991), Sí o no, así de fácil (1992) y Barullos de amor (2007) hacen referencia a estos temas.
Llenar de libros las casas de los niños es un texto muy bien escrito que lleva el mensaje de que los libros infantiles en Bolivia también deben estar en idiomas nativos para que los niños de las áreas rurales los comprendan. La autora se anticipa, de alguna manera, a lo que será el pilar fundamental de las reformas educativas de 1994 y 2010. La protagonista es una niña de una escuela rural de la región quechua que no entiende «nada del lindo libro que mostró la profesora con tanta emoción… eran sonidos vacíos que no le hablaban… [tenía] miedo de que la profesora le preguntara sobre el cuento». Sin embargo, la profesora toma otro libro escrito en quechua que emociona a Sabina porque sí lo entiende3.
Otro tópico que preocupa a Gaby Vallejo es el de los migrantes. Fueron olas de bolivianos que en la década de los 90 partieron, sobre todo rumbo a España y Argentina, alcanzando cifras elevadas. Un par de sus historias destaca lo difícil que es para estas personas vivir en países extranjeros. Tomasa Quispe en los ojos de Felipe (2013) se convierte en una historia desgarradora cuando la madre de Felipe, vendedora de choripanes en un mercado, tiene que desprenderse de su hijo para que vaya a España a ayudar a su padre.
SI USTED DESEA LEER LA PONENCIA COMPLETA, PUEDE DESCARGARLA AQUÍ.
1 Chaski apareció el 2 de febrero de 1983 y fue la revista infantil más importante de Bolivia. Tuvo publicaciones mensuales durante 13 años.
2 Este cuento no tiene fecha de publicación.
3 Vallejo Canedo, Gaby, Llenar de Libros las Casas de los Niños, Cochabamba, 1991. (Sin número de páginas).
Compartir en: