Escritora
Todas estas construcciones sociales aluden a aspectos psicológicos, económicos, políticos, históricos, sociológicos que van definiendo quién tiene más valor y quién no, en el caso de mujeres y hombres, un ser femenino y un ser masculino, a partir de comportamientos que debieran interpretar uno y otro su juego de roles en el escenario llamado sistema mundial de relaciones humanas.
El abordaje de este texto parte desde mi experiencia como lectora y profesora de literatura en primaria y secundaria, pero sobre todo como mujer y niña que siempre cuestionó el sentido y los símbolos que plantean los diversos cuentos de hadas, y ante la ausencia de respuestas adultas que satisfagan la curiosidad en mi niñez, me dediqué en mi vida universitaria de pre grado y mis primeros años de profesora de lengua y literatura para niños, jóvenes y maestros, a releer algunos cuentos, explorar el aporte de estudiosos de los cuentos de hadas y su impacto en el inconsciente colectivo de la sociedad, y a conversar sobre estos temas con padres, madres de mis estudiantes de primaria y con mis estudiantes de secundaria en mi ciudad y pueblos de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), a partir de todo ello encontré autores actuales que rompen con estas estructuras estereotipantes de hombres y mujeres, y abordan la literatura infantil desde la creatividad y la filosofía de sus personajes.
Desde la perspectiva del inconsciente colectivo, en mis conversaciones con ellos les comentaba que no se debe explicar los cuentos a los niños, pero sí contárselos y ofrecérselos como modelos indirectos para aprender a vivir, encontrar soluciones a sus problemas y como estímulos para el crecimiento [...], así mismo darles la opción de recrear o transformar a los personajes clásicos, desde la realidad en la que ellos crecen, van surgiendo nuevas historias que contar y la lectura pasiva se vuelve escritura creActiva. En estos espacios fui explicando a las familias que lo importante no es la comprensión intelectual que tengan los niños del cuento, sino la intuitiva y la simbólica. Los niños están más cerca del inconsciente. El adulto, sin embargo, tiene que hacer consciente el contenido simbólico; así, según las edades se leen los cuentos de diferente forma. Por último, acentuando la comprensión intuitiva de los cuentos, si nos aproximamos a ellos desde lo simbólico o lo arquetípico, lo que a primera vista parece ser magia o encantamiento puede entenderse desde el mundo interior de cada persona. En este sentido habrían fuerzas o capacidades que surgen en momentos determinados para ayudar a la persona (sea niño o niña) en sus dificultades para lograr su crecimiento interior. Hay obstáculos, pero al hacer surgir el esfuerzo para superarlos, contribuyen a partir de algo negativo, a conseguir una meta positiva, esto sucede en términos generales en la mayoría de los cuentos de hada, tanto para los niños como para las niñas y por ello es esencial contar con mediadores de lectura, es decir personas que se hayan dedicado a la lectura crítica, creativa, recreativa, proactiva de los cuentos de hada y las novedades, planteándole a los niños las nuevas posibilidades que pueden surgir en la misma historia, así como en sus vidas, en lugar de induciéndolos a creer en un estilo de vida y aspirar a metas decididas por otros.
Desde las perspectiva del contexto social, es importante recordar que los cuentos de hadas que hemos leído provienen de determinados contextos socio históricos (Siglos XVIII y XIX), y responden por tanto a la pedagogía moralizante y al utilitarismo sociológico y religioso de esos tiempos, combinados con un romanticismo que todavía expresa los preceptos heredados de la Edad media. Los mismos autores: Jacob y Wilhelm Grimm nacidos en Hanau (Alemania en 1785 y 1786) que estudiaron leyes en la Universidad de Marburg comienzan a recolectar cuentos populares de la tradición oral y publican en 1812 Kinder- und Hausmärchen o Los Cuentos Infantiles y del Hogar -(Primera edición de tres volúmenes)-. Estos cuentos provienen tanto de propios recuerdos de la infancia de los hermanos Grimm como de la gente entrevistada en distintos poblados. Vemos entonces que estos cuentos de los hermanos Grimm están caracterizados por "su amor por la libertad, la ruptura de los limites, el subjetivismo, lo irracional, el sentimiento de la naturaleza y la conformación de una identidad en la cual la mujer cumple un rol doméstico y cosmético, el hombre un rol de poderoso, protector o poderoso cazador", hay así mismo una necesidad de volver al pasado relacionándose con la tradición popular y dando un vistazo a la Edad media mientras buscan poner en su lugar de honor al hombre trabajador y la mujer ama de casa, así como sembrar el miedo al mundo exterior, a lo diferente, el terror, esto tiene que ver con el nacionalismo y patriotismo propio de la época.
Siguiendo con la línea del contexto identificamos que: “el género hace los arreglos por medio de los cuales una sociedad transforma la sexualidad biológica en actividades humanas" y van surgiendo estereotipos de género establecidos por la clase dominante, que con el tiempo se rompen de manera mínima, para dar lugar a nuevos estereotipos de nuevas clases dominantes, a veces se utilizan los mismos cuentos, con otro enfoque, se los resignifica de acuerdo a las necesidades del imaginario colectivo que predomine en ese momento histórico y sea conveniente para la clase que lleva la batuta de la educación, la economía, la política, la ecología, el pensamiento. En el caso de los cuentos de los Hermanos Grimm proporcionan una buena plataforma para la moral, pero dejan mucho que desear en cuanto a la diversidad individual y las posibilidades de exploración de la diversidad cultural europea, así como la posibilidad de deliberación individual respecto al ser mujer o ser hombre en la sociedad, hay una caracterización del hombre y de la mujer establecida a partir de los atributos, rasgos, símbolos que cada cuento va desarrollando.
A continuación un cuadro genérico que describe rasgos de tres personajes mujeres en tres clásicos cuentos de hadas.
LA CENICIENTA
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BLANCANIEVES Y LOS SIETE ENANOS
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CAPERUCITA ROJA
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No tiene nombre Cenicienta= de las cenizas, que vive y viene de allí
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No tiene nombre
Blancanieves: tierra de la ingenuidad y la Vanidad |
No tiene nombre
Caperucita = ingenuidad necia |
Rivalidad entre mujeres
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"La más pasiva, dependiente e inútil de todas las princesas"
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Adolescencia, menstruación y virginidad
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La madrina –ángel
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2 tipos de mujer: la buena y la villana
"Buena y piadosa" La madrastra como muer manipuladora (no la madre ni el padrastro) |
Lobo = peligros del mundo exterior
Hombre poderoso |
Buena: Terrible Infancia
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Buena: Mujer poco inteligente, ingenuidad
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Infancia: protegida y con influencia de que el bosque es
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peligroso, el miedo ante el mundo
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Mala: Fría Avariciosa
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Vanidad de la madrastra y bruja con rasgos de pedofilia.
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Niña curiosa que desconoce los peligros del mundo-bosque
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Hada madrina Protectora Adulta, confiada y solitaria
la abuela.
Objetivo: Casarse con un príncipe
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Objetivo: Casarse con un príncipe y formar un hogar machista tradicional
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Objetivo: entregar encomienda a la abuela y cuidarla en su soledad.
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Impunidad masculina en el padre.
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Impunidad masculina en el guardabosque, los enanos y el padre.
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Sexualidad masculina expresada con rasgos de violencia.
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En este cuadro se evidencia la existencia de símbolos disponibles en la cultura, que van formando conceptos normativos vigilados por instituciones sociales, influenciando la identidad subjetiva de los individuos. Si las diferencias entre lo masculino y lo femenino son producto de los procesos de construcción social (Ortega, Torres y Salguera, 2001), entonces las representaciones sociales, término introducido por Moscovici (1970), se convierten en una herramienta indispensable para comprender y/o explicar cómo una de las tantas entretenciones de las niñas, los cuentos de hadas, contribuyen en la construcción del rol de género de las mismas. Los cuentos de hadas son herramientas a través de las cuales se enseña a niñas y niños consecuencias de acciones concretas, sus personajes son fruto de la “imaginación” (el imaginario colectivo, el inconsciente colectivo predominante del contexto socio histórico), son llevados a la realidad. Los cuentos de hadas perpetúan roles sexuales y premian ciertas conductas mientras castigan otras.
En Blancanieves por ejemplo tenemos una malvada madrastra que quiere asesinar a su hijastra porque es más bella, y ante la compasión demostrada por el soldado o guardabosque que recibe el encargo, decide hacerlo ella misma envenenando a la joven. Por añadidura, Blancanieves se pasa media historia limpiando, fregando, cosiendo para los enanitos, tareas típicas de mujeres, y canta mientras hace todas sus tareas con esmero y alegría.
La cenicienta, una pobre mujer, esclava de su madrastra y hermanastras, recibe mágicamente por una noche, todo lo que no tiene y desea. Mientras el príncipe busca a su misteriosa y encantadora pareja de baile, se demuestran todas las vilezas de las cuales es capaz el ser humano para conseguir lo que su codicia y envidia le dictan.
En Blancanieves se identifican expresiones tales como: “la más bonita de todo el reino”. “la inocente niña”, “la niña más bonita de casa que limpia con entusiasmo y amor”, “preparaba la comida y los acompañaba”.
Las expresiones mencionadas de los cuentos, nos transmiten un ideal de mujer: bonita, delgada, delicada, elegante, obediente, buena, pasiva, inocente, abnegada, doliente; con estas cualidades obtienen un premio: el príncipe apuesto y atento, el palacio, las sirvientes, las joyas y la riqueza del príncipe, las cuales por sí mismas, por ser mujeres no conseguirán, porque no trabajan asalariadamente, y si lo hicieran reciben poca paga. Esta imagen de mujer se constituye como un núcleo central, establece los códigos que constituyen al ser mujer y ser femenina en el sistema de relaciones sociales y económicas. También está el lado opuesto, se puede ser egoísta, activa, destructiva, mala, fea, amargada, celosa, envidiosa, gorda, hedionda, independiente, en este caso se representa el personaje de la madrastra, la hermanastra, la reina mala, a las que nadie amará y la que conseguirá riquezas desde este rol, pero que deberá cuidarlas y vivir estresada cuidándolas y cuidándose para que no se las quiten.
Concordando con lo anterior, vemos que el rol femenino está representado por la doncella, la princesa o la bruja, la malvada; esta dicotomía es reforzada por la sociedad, cuando oímos a padres, madres, profesores, diciendo: qué linda, parece una princesa qué bien portada, es una niña buena. Muy bien, hiciste todo lo que te pedí, dejaste la casa limpia, cuidaste muy bien a tu hermanito, cortaste bien la papa, que niña obediente eres.
Lo descrito nos ilustra sobre la influencia que el grupo social tiene en la formación de las representaciones sociales, con ello se va adoctrinando a niñas y niños en un modo compatible a las normas y valores dominantes de una sociedad, y al hablar de los cuentos de hadas, podríamos referirnos a una sociedad movida por el sistema capitalista patriarcal. Estos cuentos están cortados por el patrón de preferencias sexuales y valores conservadores, las niñas son consumidoras pasivas de una pesadilla capitalista patriarcal, aderezadas con zapatillas de cristal y castillos relucientes. Estos son los premios materiales que endulzan el mal trago de vivir sometida y afanada en casa, sin libertad ni decisión propia.
Vemos cómo Blancanieves es premiada por ser buena, mientras que su madrastra maligna es castigada. Los premios en estas historias son monetarios, premios de posiciones de poder y fama. Cenicienta por su parte superará su pobreza y esclavitud, no porque sea trabajadora, revolucionaria y por sí misma, sino porque es bonita, modesta, sufrida, callada, y por si fuera poco, tiene pies pequeños, lo cual proviene de la tradición oral China: “un noble chino descubrió la zapatilla perdida de una campesina, y supo que estaba destinada a casarse con un noble debido a lo pequeño que eran sus pies.”
Dada la importancia de los cuentos en la construcción de la identidad de género y de cualquier identidad, en el ser básicamente, en la construcción de patrones culturales, la internalización y valorización del rol social adscrito a cada sexo, la propuesta que surge de esta reflexión es fomentar y participar en la elaboración de cuentos infantiles en los que no se evidencie discriminación de la mujer, ni explícita ni implícitamente, romper con la simbología patriarcal y discriminadora, generando corrientes integradoras, crear nuevos imaginarios; no solo en el ámbito de género sino en el los temas de diversidad cultural y diversidad de habilidades, crear y promover literatura infantil que integre en el imaginario colectivo temas como el síndrome de Down, el Asperguer, la homosexualidad como algo tan natural como la heterosexualidad, la libertad de decidir quién quiero ser y las infinitas posibilidades de existir plenamente y ser aceptado por mí mismo y por el entorno, liberar del miedo de ser así o asá.
Mi planteamiento tiene que ver directamente con trazar un mapa comunicacional de libros- roles desde la educación, la singularidad y la pluralidad de lecturas para niños y niñas, no se busca limitar este tema a la cuestión de género, porque finalmente el tema de género es un tema educativo, de contextos históricos, que está reflejado en la primera literatura a la cual tenemos acceso cuando somos niños. La educación y la difusión de unos libros más que otros, no es inofensiva, es intencionalmente así porque a través de ella se visibiliza o invisibiliza a unos grupos sobre otros, collas y cambas, negros y blancos, ciegos y videntes, altos y bajos, gordos y flacos, homosexuales y heterosexuales, indios y mestizos, europeos y latinos, ateos, cristianos, musulmanes, etc., por ello en diversos momentos han sido prohibidos ciertos libros y promovidos otros, etc. Todas estas construcciones sociales aluden a aspectos psicológicos, económicos, políticos, históricos, sociológicos que van definiendo quien tiene más valor y quién no, en el caso de mujeres y hombres, un ser femenino y un ser masculino, a partir de comportamientos que debieran interpretar uno y otro su juego de roles en el escenario llamado sistema mundial de relaciones humanas.
Los invito a que, libres de estereotipos, dejemos de ser extranjeros para nosotros mismos, dejemos de negarnos y renegar, pasemos a abrazar la plenitud de ser cada vez más nosotros mismos.
UN LIBRO QUE NO TE PUEDES PERDER