Vuelan Vuelan 52: Alicia en el país de la fotografía (V. Montoya), Onelio Jorge Cardoso (A. M. Elizagaray), Yolanda Bedregal (M. Peña Muñoz), Amaru Mara (I. Mesa)

LEYENDO LITERATURA INFANTIL  

Alicia en el país de la fotografía


Víctor Montoya
Escritor y pedagogo 


  Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/Alicia_1859._Foto_de_Lewis_Carroll.jpgÉsta es la fotografía de Alicia Pleasance Liddell, la segunda hija del rector de la Christ Church College de Oxford, donde Lewis Carroll ejerció la cátedra de matemáticas y lógica, a poco de haber cursado estudios de teología y ciencias exactas en una de las instituciones más prestigiosas de Inglaterra.
 
La fotografía, que revela a Alicia disfrazada de niña mendiga, fue tomada hacia 1860, época en la cual nuestro afamado escritor, cuyo verdadero nombre era Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898), dio muestras de poseer una inteligencia capaz de romper con la lógica formal y penetrar en el mundo fantástico de la imaginación infantil, donde él mismo se sentía como un niño grande y juguetón, cargado de una cámara fotográfica que le permitía trabajar en condiciones análogas a la de los pintores, no sólo porque empleaba trípodes para fijar las imágenes, sino también porque jugaba con la luz y la sombra en procura de atrapar la imagen en su punto más preciso.
 
De la serie de fotografías de niñas que hizo Lewis Carroll, probablemente ésta sea la más sugerente, la que mejor nos acerca a la protagonista principal de sus cuentos, pues nos muestra a una Alicia modelo, posando ante la cámara que la registra entera, con el pie izquierdo apoyado en la tapia y enseñando un objeto esférico en el cuenco de la mano. La niña está apoyada contra la pared ligeramente desconchada y en medio de las trepadoras habidas en el patio de la casa donde vivía la familia Lideell.  Alicia, al igual que los niños mendigos en las novelas de Charles Dickens, lleva un vestido precipitándose en jirones, mientras las hilachas se le desparraman a la altura de las rodillas. No obstante, a pesar de su aspecto de niña pobre, luce los ojos serenos y transparentes, cuya mirada dulce irradia un aura de inocencia sobre su rostro angelical.
 
¿Qué pensaría Lewis Carroll? ¿Qué Alicia era un personaje arrancado del mundo de la ficción o la abstracción onírica de un amor platónico? Nunca se llegará a saber, salvo el hecho de que este matemático de espíritu infantil, que mostró el asedio tenaz de su rigurosa sobriedad intelectual, es el autor de dos de los libros más famosos de la literatura universal.
 
Los biógrafos cuentan que este pastor anglicano, solterón y retraído, tenía una profunda sensibilidad humana y un gran interés por los niños y niñas, quienes lo aceptaban como un compañero más en el laberinto de sus juegos, a condición de que les encantara con sus cuentos de Nuncanunca, mientras trazaba extrañas figuras sobre el papel, a modo de ilustrar las ocurrencias de su fantasía; un talento de cuentista y dibujante que se plasmó definitivamente aquella tarde "soleada y gloriosa" -según los meteorólogos "fría y lluviosa"-, de un 4 de julio de 1862, en que salió a dar un paseo en barca por el río Támesis, desde Oxford hasta Goldstow, en compañía de Alicia Liddell y las dos hermanas de ésta. Fue entonces, en un Londres de aire húmedo y cielo gris, cuando nació el cuento de "Alicia en el país de las maravillas", como nacen las obras maestras tras una larga meditación
 
Recuerde el lector que todo comienza cuando Alicia, según la representación onírica de Lewis Carroll, está a punto de quedarse dormida bajo la copa de un árbol. De súbito, oye una voz: "¡Oh, señor, va a llegar tarde!". Alicia abre los ojos y divisa a un conejo blanco llevando un reloj con leontina en el chaleco, guantes de cabritilla en una mano y un abanico en la otra. Alicia, quien jamás ha visto un conejo que habla y viste como la gente, lo sigue hasta una madriguera, donde ella se hunde bruscamente sobre un montón de ramas y hojas secas; claro está, la madriguera está hecha de magia y fantasía, porque mientras Alicia bebe el contenido de una botella, que lleva una etiqueta con la palabra: "bébeme", decrece tanto que siente apagarse como una vela. Cuando come un pastel, cuya etiqueta dice: "cómeme",  crece con desmesura y siente que el cuello se le alarga como el mayor telescopio del mundo.
 
Así se suceden las aventuras en el país de las maravillas, sin que Alicia esté impresionada por las relaciones extrañas que mantienen los animales, las plantas y las cosas, hasta que por fin sale del sueño para meterse en otro a través del espejo. Es aquí, en el país del espejo, donde Alicia hace de reina encantada, queriendo cruzar los escaques de un gigante tablero de ajedrez, donde aparece el caballero blanco, montado sobre un corcel ataviado con arreos de guerra, dispuesto a defenderla de las amenazas del caballero rojo, quien quiere hacerla prisionera. Pero como el caballero blanco, que representa a Lewis Carroll, no está resignado a perder a su reina, se enfrenta al caballero rojo en un feroz combate, hasta que Alicia, en medio del relincho de los caballos y el choque estridente de las lanzas y armaduras de hierro, celebra la victoria del caballero blanco, quien le salva la vida y la hace su reina por el resto de sus días.
 
Lewis Carroll descarga su tensión en el mundo de los Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/Lewis_Carroll_en_una_de_sus_fotografi_as.jpgsueños y juega con las dimensiones de sus figuras, inspirado en sus conocimientos de matemáticas y lógica formal. Otro elemento lúdico manejado con maestría es el lenguaje, un lenguaje que relativiza hasta los aspectos más sólidos de la realidad, que se escamotea por medio de sinónimos, homónimos, seudónimos, curiosidades y paradojas científicas, un juego lingüístico que lo sitúa entre los precursores del dadaísmo y el surrealismo. A pesar de todo, el gran valor de Lewis Carroll estriba en que no escribió manuales de historia ni zoología, sino libros que recrean la imaginación de los niños, sobre la base de un mundo ficticio donde se confunden la realidad y la fantasía.
 
Lewis Carroll fue el artista de la palabra, del dibujo y la fotografía, en tanto Alicia, la hermosa y tierna Alicia, fue la musa que lo inspiró. Sin ella, probablemente sin esta niña en blanco y negro, nunca hubiésemos tenido la oportunidad de conocer esas magníficas obras tituladas: "Alicia en el país de las maravillas" y "Alicia a través del espejo", dos joyas literarias que se destilaron en la mente de quien, además de dominar las leyes abstractas de las matemáticas, el álgebra y la geometría, sabía encandilar la fantasía de los niños con cuentos que sólo él podía inventar a las mil maravillas.
 
Hasta aquí todo parece estar revelado, excepto el misterio que encierra esta imagen captada en el país de la fotografía.

 

 

Onelio Jorge Cardoso
La maestría de nuestro cuentero mayor

Alga Marina Elizagaray
Escritora cubana


Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/ONELIO_CARDOSO.jpgLa aparición de un libro (1) de nuestro máximo cuentero destinado esta vez  al público infantil en el primer quinquenio de los setenta fue recibida como una fiesta de inefable alegría para todos, pues era de esperarse que con su mundo de varia y fabulosa invención todos los lectores con o sin edad nos lo apropiaríamos en su disfrute lúdico y estético. Y, efectivamente fue y sigue siendo todo un acontecimiento en el ámbito de la literatura cubana y latinoamericana la aparición de Caballito Blanco, un título que el autor debía a nuestros niños con el que les cumplió legándoles un clásico en su género.
 
Siempre la cuentística para adultos de Onelio me recordó el viejo placer que en tiempos de mi infancia y adolescencia me provocaban las veladas familiares en torno a la radio con aquellos programas que nos suspendían temporalmente el sentido de la realidad con su magia narrativa de aquellos orígenes ya perdidos en la noche del tiempo, y que sin duda alguna marcaron la génesis de la radionovela en todo el continente latinoamericano. De esas sagas resultaron inolvidables los recuerdos de las páginas sonoras de La novela del aire y Tamakún, el vengador errante, entre tantas otras series que marcaron a  mi generación y la posterior. Y no es casual que así fuera, pues él escribió para la radio en esta época emblemática.
 
No pretendo hacer énfasis en un sentido crítico a este viaje sentimental que asocio a la cuentística de Onelio para la infancia, pues la misma como toda su obra está asentada por una reconocida validez en cuanto a sus méritos artísticos, su particular cubanía y su estilo inconfundible del cual sin proponérselo hizo el autor una mitología criolla muy peculiar. Pero sucede pienso yo que su obra es tan poética en el tratamiento de su diversidad temática, y en la singularidad de sus giros idiomáticos, en sus mensajes y trasfondo dramático o lúdico, según, que no puede menos que suscitar nostalgias y recuerdos en muchas personas a través de ese espejo elocuente y  vivencial de la infancia. Es así porque remueve esa agua pasada o paraíso perdido que permanece siempre dentro de nuestra memoria. Y es que su narrativa tan personal provoca remembranzas capaces de entregarnos en su conmovedora dimensión humana y artística la proximidad a una jauja tropical campesina muy sui generis con sus verosímiles fábulas consteladas de sinsontes, tojosas, lechuzas ambiciosas, cangrejos voladores, cigarras líricas, pichones navegantes, murciélagos filósofos y "majases" tan manipuladores y prepotentes a los que con razón llama "serpentas"...y todo ello con un fresco olor a clavellinas y a romerillo silvestre.
 
Yo tuve la suerte de estar cerca de él durante los últimos años de su vida, y en especial a finales de los setenta, cuando él representó a su país en Perú como  agregado cultural, etapa en la que mantuvimos un epistolario cómplice en cuanto a nuestras aspiraciones comunes referidas a la Literatura Infantil Cubana. De esa época recuerdo su gran sentido del humor cuando narraba experiencias personales, como cuando al contarme que había visitado una función de ballet en Lima le pregunté si la había disfrutado. Me respondió: "los encontré algo trotoncitos." Claro tenía demasiado cercanos sus recuerdos de nuestro Ballet Nacional, y ese calificativo no podía ser más gráfico y gracioso como respuesta. También recuerdo que a menudo contaba una anécdota de su relación con el hijo pequeño de un amigo al que una noche antes de acostarse le había improvisado un cuento cargado de diminutivos, que éste había rechazado burlándose de los mismos. Era su prueba personal más fehaciente contra el uso edulcorado y la subestimación que a menudo se abusa en la literatura destinada al lector infantil, demostración elocuente del desconocimiento que muchos escritores tienen de esa instancia humana tan especial. No por gusto existe una famosa y lapidaria frase: "Denme los primeros cinco años de la vida de un niño y les cedo el resto", que a menudo es citada anónimamente.
 
Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/CABALLITO_BLANCO.jpgCaballito Blanco, el único libro de cuentos para niños que escribiera (aparte de su novelita Negrita) aporta a la literatura cubana una brisa, unos vientos alisios que borran remanentes de corrientes desfasadas en cuanto al relato infantil. Este título es un reto en sí mismo, es la demostración cabal a sus colegas del género, de que cuando un escritor transita por la madurez de su oficio está más capacitado que nunca antes para adentrarse por el más polémico de los caminos de creación: el discurso infantil, de engañosa sencillez. Onelio demuestra no estar prejuiciado en modo alguno hacia este azaroso sendero tan secularmente ignorado y olvidado en nuestra cultura no solo cubana sino latinoamericana, salvo el ejemplo de La Edad de Oro de nuestro José Martí y otros poquísimos autores.  Al contrario, nos regala con amor del bueno una media docena de cuentos que ya pueden considerarse como clásicos, en los que se destacan los más variados y singulares personajes surgidos de lo más hermoso y auténtico de la flora y la fauna cubanas
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Precisamente a espacios como los referidos de nuestra naturaleza, que tan bien conocía y admiraba están dirigidas sus acertadas historias. Nuestro cuentero mayor deviene fabulista recreador de lo mejor de nuestra tradición convirtiéndola en mitología criolla. Animalitos aparentemente insignificantes de la campiña cubana devienen héroes de sus aventuras encarnando temas tan apasionantes como el menosprecio y la persecución del artista por su singularidad; la maldad escudada en el engaño que se desenmascara ante la inocencia; la inconformidad con la condición natural recibida al nacer que se logra superar gracias a la voluntad, el coraje, y la disciplina; la eterna lucha entre el bien y el mal y el triunfo de la bondad inteligente que derrota a la maligna soberbia; y, por último, el polémico tema del inconformismo y la mente amplia frente a las convenciones establecidas, ya inoperantes por su rigidez. Y lo mejor: que esos temas tan serios en sus narraciones se convierten en interesantes, divertidos, asimilables y amados por el pequeño lector que recibe de tan graves asuntos su carga de humor y ternura.
 
El autor de Negrita triunfa nuevamente en su discurso narrativo, dada su amplia experiencia enDescripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/NEGRITA.jpg afortunadas incursiones por las venturas y desventuras de la campiña cubana. En ellas siempre supo mostrarnos lo inefable de su entorno, gracias a la ternura de su personal talento, y a su sentido poético que tanto supo ahondar en lo popular de su tierra, a la par de su incansable denuncia ante la miseria e injusticia social que la asolara en otros tiempos. Y no hemos dicho aún algo esencial de su prosa: esa capacidad suya de captar al dedillo la lengua y el habla de su pueblo en sus esencias más puras, nuestro modo de enfatizar, la inflexiones del español-cubano, la singularidad con que solemos expresarlo. Onelio Jorge Cardoso supo siempre usar los giros de esa cantera para hacer una obra que no cesa de asombrarnos por su sencillez y espontaneidad, que nunca incurren en populismos ni en falsedades ni concesiones. Porque rastrear en lo oral e idiosincrásico, cuando él lo hace, no es redactar un "patois" criollo, ni caer en el facilismo o el adocenamiento lingüístico; todo lo contrario, es rescatar lo más hondo y genuino de nuestra lengua, constantemente enriquecida por el habla popular. (2)
 
Comienzo  por el índice de Caballito Blanco, para pasar después a su temática y aspectos formales, manera de demostrar lo anteriormente expresado. El primer cuento es el que da título al libro, los restantes son: "El cangrejo volador", "Los tres pichones", "El canto de la cigarra", "La serpenta", y "Pájaro, murciélago y ratón". Ignoro la razón por la cual el autor omitió aquí su precioso cuento anterior "La lechuza ambiciosa", que merecería aparecer en este título, y en cualquier antología. Pues es una inolvidable estampa también ya clásica, que huele a los orígenes del "había una vez" de nuestra Isla mágica y es, además, una de sus más encantadoras fábulas.
 
En "Caballito Blanco" sus personajes centrales son el propio "Caballito" y el niño Alejandro: un caballito filósofo y poeta, que cabalga siempre al trote de la imaginación y el sentido común, el menos común de los sentidos, y un niño medio inválido, que es atendido con cariño pero sin eficiencia por su tía y su médico. Estos dos personajes secundarios aparecen al comienzo y en el desenlace de la historia. El autor los utiliza para enjuiciar la demasiado frecuente conducta anquilosada de muchos adultos en su mundo de relaciones con los niños, tema que mucho le inquietaba y que aparece como una constante en sus cuentos, ahora en este, el único de protagonismo humano en el libro, pues el resto son fábulas. "Caballito Blanco" comienza con una de esas frases con mucho "duende", que logran mantener en vilo al lector durante el resto del relato y que son tan características en la obra oneliana: "Era, primero un carrusel, o un niño primero y un carrusel después. Nunca se sabrá." La trama posee una estructura lineal que ayuda a la comprensión del tema y a hacerlo accesible  al niño en sus coordenadas de realismo y ficción, combinando equilibradamente ambas dimensiones.  El paisaje revela con espléndido colorido nuestros campos, los montes de guayabas, el rocío en las hojas y las hierbas, los pájaros en sus variados trinos y arcoiris de colores, "los caracoles con sus tarritos afuera andando a resolver sus asuntos, (...) las flores silvestres de las lomas que nadie pone en búcaros, como si solo fueran bonitas las rosas y las flores de jardinería, (...) las gaviotas (...) y el baño de mar en sus aguas, bien en cueros, como había venido a este mundo tan falto de caballitos blancos..."(3) El personaje central, un nuevo "pájaro azul", evidencia simbólicamente la necesidad de liberar la imaginación y de permitir sus vuelos al país de las maravillas, también el reclamo de lo espontáneo y placentero como realistas soluciones a ciertas crisis existenciales. "Cuando vayas contento no te importe a dónde vayas", y "bueno, si te alegra, ¿qué daño puede hacerte?", son frases claves que remiten a la sabiduría y a la intuición del autor, quien comprende por su propia experiencia que lo fundamental de este cuento es el viaje iniciático motivado por la crisis, a través de una aventura, la necesidad del héroe de correr mundo y descubrirse a sí mismo en el miedo, en los confines del paisaje. Viejo mito latente en toda la tradición oral, que nuestro cuentero mayor utiliza como travesía que le permite a Alejandro encontrarse a sí mismo, recuperar la autoestima y alegría de vivir, y por ende, curarse. Después vemos salud y sonrisas en lugar de inmovilidad y tristeza, y no hagas esto ni hagas aquello porque puede hacerte daño. El médico "bueno, viejo y sabio", solo acierta a exclamar con su ego sorprendido y cierta suspicacia ante lo impredecible de la vida: "¡Contra! ¡Increíble!¡Pues sí que son buenas estas medicinas mías! (4)

"El cangrejo volador", fábula que le sigue, establece un contrapunto entre la tradición y la aspiración individual, una vez descubierta su dificultad de ser y su necesidad de trascendencia. Los diálogos aquí ahora  son deliciosos. Están elaborados con la sencillez del estilo oral de narración y con la economía y naturalidad que son constantes del autor. "¡Bonito que te está quedando el pozo ese!" es la frase detonante en la conciencia del cangrejo, en su condicionamiento conformista, que le lleva a cuestionar los cimientos de su casa y a poner en duda su razón de ser como crustáceo, incitándolo al ejercicio de su voluntad de poder hasta entonces reprimida. La paloma torcaza, considerada en su entorno como una loca por lo revolucionario de sus postulados, introduce el germen de la duda que permitirá la metamorfosis de su amigo el cangrejo, a quien el éxito coronará "con dos alas encendidas como las plumas del tocororo -nuestra ave nacional-ante el asombro de los pusilánimes del monte".
 
"Eran tres pichones de pájaros carpinteros y ninguno de los tres estaba dispuesto en manera alguna a hacer vida de pájaros."(5) Así comienza "Los tres pichones", la tercera fábula del libro y la más audaz y polémica en sus planteamientos. Estas tres criaturas están en desacuerdo con su destino de aves, y deciden abandonar su nido e irse como marineros a navegar por los mares del ancho e ignoto mundo. La madre no puede comprenderlos y, aunque se les opone exigiéndoles obediencia, ellos deciden realizarse en lo que consideran sus legítimas aspiraciones. Al quejarse la madre pájara carpintera al zunzún, su sabio amigo, este da la razón a los hijos y argumenta: "Lo malo sería que ellos estuvieran haciendo algo que no quisieran hacer. Eso sí les dañaría aunque vivieran a tu lado. Con el tiempo no serían más que unos pichones tímidos y tristes."(6) Planteamiento que revela el respeto del autor hacia la vocación por lo que ésta implica de amor hacia la más auténtica aspiración individual: la autorrealización. El desenlace, después de innumerables fatigas que ponen a prueba la voluntad de los héroes en las que nunca deja de estar presente su cubanísimo humor-, es risueño. Ellos terminan por regresar con sus gorras de capitanes a buscar a su querida mamá y a saludar al zunzún, que "continuaba libando las mieles más secretas del monte". (7)
 
La soberbia castigada es el leit motiv de "La serpenta", cuyo título es en sí mismo una ironía por parte del fabulista, y un coloquialismo sacado de una frase de un niño de la Sierra Maestra, según expresa el exergo que lo antecede. Las peripecias del susodicho personaje "con sus pequeños ojos verdes, su lengua de dos hilachas y sus escamas plateadas a todo lo largo del cuerpo", que solo podía verse "al atardecer, cuando el sol se iba a dormir y una luna redonda asomaba su careta por encima del zapote"(8) y a quien encantaban los negocios, están investidas de comicidad e ingeniosas ironías, que facilitan el desarrollo intelectual del pequeño.
 
El tema de la soledad y la necesidad de comunicación es inherente a "Pájaro, murciélago y ratón". Y de ese modo "... Pues resulta ser que, un día, el murciélago, que andaba como huérfano en este mundo, determinó hacerse una familia a quien daría su calor y recibirlo a la vez, por no andar solo y disperso por los campos."(9) La odisea del murciélago durante este periplo sentimental le descubre no pocos egoísmos y miserias de parte de sus supuestos parientes. Las vivencias confrontadas en la búsqueda de su identidad le conducen a situaciones insólitas y a acertadas reflexiones.
 
Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/CIGarra.jpgY ya solo nos falta referirnos a "El canto de la cigarra", uno de los más hermosos y logrados de este libro. Encantador por la forma tan coloquial en que está narrado y por sus aciertos líricos y la originalidad con que recrea, y actualiza, enriqueciéndolo, el tema de la vieja y clásica fábula "La cigarra y la hormiga", tan injusta y unívoca en su moraleja, ya obsoleta para nuestros tiempos. Cardoso reivindica a la cigarra-artista y maneja con justicia poética la importancia de su trabajo creador en la sociedad. El mensaje está dado indirectamente, entre líneas, implícitamente, que es la forma más efectiva de llegar a cualquier ser pensante, en este caso a los niños, tan subestimados históricamente al respecto en el mundo de la literatura.
 
No puedo concluir sin referirme a una experiencia personal que tuve en la época en que trabajaba con talleres literarios infantiles en el Departamento Juvenil de la Biblioteca Nacional "José Martí", junto a mi maestro Eliseo Diego, con autores de la literatura universal y del patio tanto en la formación de narradores de cuentos como en la formación de niños lectores. Cuando los pequeños talleristas conocieron Caballito Blanco, una niña llamada Beatriz Gerpe, que entonces tenía menos de diez años, escribió basándose en "El canto de la cigarra" su versión libre de esta pieza inolvidable, que me atrevo a mostrarles como ejemplo del magisterio de Onelio sin límites temporales o generacionales. Con placer la transcribo desde  Tiempo de Rocío, (10) una compilación de aquella amada experiencia pedagógica, que publiqué posteriormente con un prólogo introductorio y textos seleccionados de la escritura de aquellos aprendices maravillosos que conformaban el grupo. Es como sigue:

"En la antigua casa de la cigarra cantautora vive ahora su hija, otra cigarra muy vivaracha que también gusta de tocar el violín, como su madre.
 
     "Ahora el pueblecito está construido por los jóvenes hijos de los personajes del cuento de Onelio Jorge Cardoso; pero ya no hay ningún alcalde que use bombín y tenga envidia por ningún animalito.
 
     "El alcalde envidioso ya hace mucho que se murió, y ya nadie se acuerda de él, pues ahora todos tienen una nueva vida. La hija de la cigarra es la directora de una orquesta y es locutora de las actividades culturales que se hacen en el pueblo. Allí se vive con  el recuerdo de la cigarra y muchos han seguido su ejemplo y son músicos de la orquesta "La Cigarra" y son tan optimistas y valientes como ella lo fue.
 
     "La hija de la cigarra y su orquesta, además de tocar canciones escritas por ellos mismos, tocan las de su madre, para que no la olviden y para que alegren el corazón de todos Ya nadie duda que tocar bien el violín o cantar bonito es un trabajo tan importante como el que más, ya que da gusto por vivir."
 

Confío en que la anterior versión infantil de la fábula aludida les resulte interesante y les muestre de qué modo puede la literatura calar en el alma de los niños y ponerles alas y proporcionarles sus propias claves de humor y sabiduría.
 
En el bestiario del famoso autor de "El cuentero" y "Caballito Blanco" pueden encontrarse varios caballos prodigiosos...Pienso sin duda alguna que Onelio es un diestro domador de esos nobles animales, y para ello me remito a dos antológicos cuentos suyos: "Caballo" y "El caballo de coral",  dos clásicos ya de nuestra literatura para adultos, y que podrían además funcionar bien en una selección juvenil. En "Caballito Blanco", destinado a los niños, reaparece esa amorosa obsesión temática por este inteligente  animal, junto a un mensaje que es casi otra constante suya: "El hombre -y más aún el niño, podríamos agregar-siempre tiene dos hambres."(11)
 
Para finalizar esta incursión por la trayectoria del mundo de la infancia de uno de mis maestros en su obra y en su vida, como lo fue este autor, tengo que referirme a un título suyo que ambos tuvimos el gusto de armar, y que finalmente logramos su publicación por el Ministerio de Educación, como una edición destinada a los maestros y padres. Onelio Jorge Cardoso quien en esta época trabajaba como Agregado Cultural de la Embajada de Cuba en Perú me confió su preparación basada en once cuentos suyos para adultos dispersos por diferentes libros, que tenían en común la frecuente incomunicación entre niños y adultos. Apareció en una edición muy modesta con el nombre de uno de los cuentos incluídos: Crecimiento.
 
Esta oportuna selección de algunos de sus mejores cuentos basada en sus contenidos era un viejo sueño del autor, quien siempre tuvo el propósito de contribuir a mejorar las relaciones interpersonales entre niños y adultos, secularmente marcadas por la incomprensión, el abuso y los prejuicios. Y a quien mejor dirigirles este libro que a los maestros y padres, ya que son las dos primeras instancias humanas que tienen que ver con los aciertos y  errores en la crianza y educación de la infancia. Crecimiento tiene el mérito de ser un libro necesario, y coincidió con una etapa de gran interés del Ministerio de Educación por implantar a todos los niveles de la enseñanza primaria y secundaria una mayor comprensión, ayuda e intercambio entre padres y maestros. Onelio se dio cuenta de la importancia raigal de ese imprescindible intercambio y valoración como única vía posible de superación de tantos conflictos inherentes a la problemática adulto-niño, y quiso y puso su "granito de arena" al respecto, y lo logró.
 
Crecimiento(12) es un libro que debería reeditarse regularmente con el mismo propósito con que vio la luz en su primera aparición, a comienzos de los ochenta, pero no ha sido así lamentablemente. Su autor, una vez más, no ignora que por veloz que marche la inteligencia, el corazón en su compulsiva caminata emocional llega a sobrepasarla como un invicto corredor de fondo. Las razones del corazón pueden (y de hecho lo hacen) anclar muy hondo y sigilosamente, y enraizar en los seres humanos en esa  sensibilidad a flor de piel que se mantiene imperturbable. Y digo esto porque es obvio cuánto es capaz de conmover y desagraviar cualquier narración de las aquí presentes. Es que estos cuentos, en la medida de la función que ejercen, llegan a ser no solo buenos "en el mejor sentido de la palabra bueno", sino también convenientemente formadores. Desde nuestro más remoto ancestro cultural latino, la Literatura (con mayúscula) ha aspirado siempre a un cierto paradigma poético: ser dulce y útil, como proponía Horacio.
 
Esos diez cuentos dedicados a los padres y maestros cubanos, ya habían pasado la prueba del tiempo antes de ser escogidos para este fin. Contienen historias que entretienen, deleitan y conmueven, sea por su belleza,  ratos de tristeza y gracejo de su estilo, o por la proximidad temática y lo idiosincrático de sus personajes, o porque además enseñan golpeando con todo el lastre de la catarsis que promueve cada uno de ellos. Es imposible permanecer ajenos a estas historias, la proyección sentimental surge como algo inevitable. Cuando el lector se reconoce en alguna peripecia, puede -gracias al distanciamiento posible entre el libro y el hombre- evaluar mejor que en la vida práctica la carga emocional, las pasiones desatadas y sus consecuentes traumas en el niño: la víctima propiciatoria. La verosimilitud de las imágenes de tan viejo y lamentable malentendido, hacen posible el análisis, la retrospectiva personal de ese pequeño mundo cotidiano y pueden evitarle al "pequeño" futuros conflictos en la casa y en la escuela. Esta implicación como propuesta de evitarle malos pasos a la gente es ejemplarmente humanizante.
 
Onelio Jorge Cardoso, un autor revolucionario en el arte y en la vida, como todos los grandes escritores, es un moralista en el sentido martiano que apuntábamos al comienzo de estas páginas; es decir, un inconforme pugilista de la vieja lucha contra los prejuicios, lo caduco y todo lo falso, injusto y deformante de la condición humana. Esto se hace evidente en la presente muestra narrativa en la que el contenido ético enfrenta abiertamente ese mal padecido desde siempre: el equívoco en las relaciones entre "grandes" y "pequeños", permeado por lo común del más feroz egoísmo e incomprensión -por parte de quienes olvidaron su infancia- hacia los niños y niñas y su peculiar modo de ser y de vivir. El malogrado diseño que a menudo se imprime en esa placa virgen es una vergüenza ante la que estamos obligados a reaccionar.
 
Si, como expresara nuestro José Martí, "conmover es moralizar", es perfectamente previsible -hablando en términos dialécticos- la eticidad literaria de estos textos onelianos. La fase inmediata a su lectura nos conducirá a una confrontación individual y la mediata a cambios internos. Usted, amigo lector, no será después el mismo. Un proceso catártico de semejantes características creo que bien vale la pena intentarlo mediante la lectura de una reedición de Crecimiento.
 
Notas:
 
1. Onelio Jorge Cardoso: Caballito Blanco. La Habana. Editorial Gente Nueva. Instituto Cubano del Libro, 1974.
2. Dentro del contexto de esta frase uso los conceptos de "lengua" y "habla" en el sentido que les asigna el famoso lingüista suizo Ferdinand de Saussure.
3. OJC: obra citada, pp. 5-9-14.
4. Obra citada, p. 14.
5. Obra citada, p. 23.
6. Obra citada, p. 28.
7. Obra citada, p. 30.
8. Obra citada, p. 41.
9. Obra citada, p. 49.
10. Alga Marina Elizagaray: Tiempo de Rocío. La Habana, Editorial Gente Nueva, Instituto Cubano del Libro, 1979.
11. Onelio Jorge Cardoso: Cuentos. La Habana. Editorial Arte y Literatura, Instituto Cubano del Libro, 1975. p. 195.
12. Onelio Jorge Cardoso: Crecimiento. La Habana. Editorial de Libros para la Educación. Ministerio de Educación, 1980. Consta de un prólogo de Alga Marina Elizagaray y de diez cuentos seleccionados por el propio autor: "Crecimiento", "Taita, diga Ud. cómo", "Mi hermana Visia", "Los metales", "El pavo", "Hilario en el tiempo", "Los nombres", "La serpiente y su cola", "El hilo y la cuerda", y "Los patines".   

100 AÑOS DEL NACIMIENTO

DE YOLANDA BEDREGAL (1913-1999)

En septiembre de este año, Bolivia se prepara para festejar los 100 años del nacimiento de Yolanda Bedregal. La Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil no quiere quedar indiferente a este merecido homenaje, por tanto, a partir de este mes de mayo y hasta fin de año, nuestro boletín incluirá este sector para conocer mes a mes algo más sobre una de las poetas más importantes, no solo de Bolivia sino de América.

Yolanda Bedregal, escritora de la ternura

 

Manuel Peña Muñoz.
Escritor, profesor e investigador
de Literatura Infantil y Juvenil.Chile. 

Las permanentes relaciones literarias entre Chile y Bolivia y los constantes viajes de los escritores de ambos países a participar en congresos, seminarios y ferias del libro, han permitido que las obras de literatura infantil boliviana, se difundan en Chile y viceversa. La literatura infantil y juvenil no conoce fronteras, al contrario, las borra. Los libros de uno y otro país se tocan las antenas, se reconocen y aprecian. Leyendo los libros infantiles bolivianos, ponemos el oído a otro acento y otro sentir. Palpamos las diferencias culturales, las similitudes y el amor a la palabra bien escrita.

Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/BEDREGAL_YOLANDA2.jpgUna de las escritoras bolivianas que más hemos difundido en nuestros seminarios y antologías es Yolanda Bedregal (1913 - 1999) a quien consideramos una de las pioneras de la literatura infantil en nuestro país hermano. Esta admirada escritora volcó siempre su mirada al mundo de la infancia. En su edad madura escribió "¿hasta qué punto será la infancia el cimiento de la vida?". Con nostalgia y dulzura evocó la casa de la niñez en La Paz, en medio de caballeros serios, damas severas de antiguos linajes, retratos en las paredes, tíos estudiosos de la genealogía familiar y criadas aimaras. Nunca abandonó esa casa a la que regresó siempre en sueños. Y de esas imágenes de la niña que fue, esta "Madre Yolanda de los Niños" se nutría para escribir.

Yolanda de Bolivia fue también maestra, narradora, escultora y poeta. Escribió artículos en su país y en el extranjero. Publicó libros de poesía: Naufragio (1936), Nadir (1950) y Del mar y la ceniza (1957). Su obra para niños más destacada es El cántaro del angelito (1979) que se publicó en una edición muy hermosa con los poemas divididos en diferentes temas, cada uno de ellos impreso en hojas de distinto color. Su "Balada de la arañita fea" está escrita con profunda ternura. En sus versos nos narra la historia de esa pequeña araña que como la célebre higuera, se sentía fea, pero la madre sale al campo "a recoger todas/ las plateadas telas/ que en vida afanosa/ de araña tejiera" para vestir a la pequeña araña que quiere ser bella. El poema "Luna nueva y luna llena" muestra la relación del niño con las distintas fases de la luna. Todos los elementos de la naturaleza, el grillo, el agua, el cielo y la alborada, están presentes en estos poemas telúricos que acercan al niño al mundo que lo rodea.

En su larga carrera literaria, publicó también una Historia del Arte para niños en fascículos entre 1947 y 1948 con el fin de familiarizar a los niños bolivianos en el arte universal y ponerlo en contacto también con el arte ancestral de sus raíces. Es una suerte que podamos verla ahora editada en forma de libro ilustrado en una edición de lujo editada por Plural Editores.

Yolanda también publicó más de dieciséis libros entre poesía, relatos, novelas y antologías. También más de cincuenta artículos de pedagogía, religión, mitos, folclore, y arte aimara y quechua. Muchos de sus cuentos y poemas han sido traducidos a varios idiomas e incluidos en revistas y antologías de los Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.

El tema de la maternidad le preocupó siempre como a Gabriela Mistral con quien comparte afinidades literarias. Mientras espera el nacimiento de su hijo Juan, le escribe uno de sus poemas más bellos. "Creces dentro de mí / como en vaso ritual. / Por ti conozco/ la humildad de ser la tierra fértil, / por ti el orgullo del vital milagro, / por ti soy urna bíblica, / por ti soy comunión y penitencia". En tanto que en la "Elegía humilde" canta la muerte trágica de su querida criada aimara, esa "dulce abuela nuestra / de las macetas y del canario". En esa vívida descripción nos sentimos todos identificados porque todos tuvimos una criada contadora de cuentos en el fondo del corazón que todavía nos arrulla y nos cuenta historias antes de dormirnos.

De todos sus libros, mi preferido es El Cántaro del Angelito. En mi colección de libros infantiles bolivianos, brilla como una estrella.

UN LIBRO QUE NO TE PUEDES PERDER

Amaru Mara
de Rosario Quiroga de Urquieta

Isabel Mesa 


Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/Amaru_pegas_copia.jpgSon pocas las novelas que se escriben pensando en los jóvenes de hoy, pero sobre todo son pocas las que toman en cuenta ese mundo con el que tienen que enfrentarse día a día. Rosario Quiroga de Urquieta, la escritora cochabambina de Suramar, nos regala una novela con un tema tan actual como el de la pertenencia a pandillas juveniles.

Mateo es un muchacho que es parte de la pandilla Horsboys. Ahora está en la clínica después de un incidente entre el jefe de su pandilla y la policía. Maure (Amaru Mara), su mejor amiga, lo visita sin poder creer el estado en el que se encuentra. Le había prometido cambiar, pero todo seguía igual.

Amaru Mara es una muchacha del campo. Al ser hija del patrón, es reclamada por su padre y tiene que dejar el campo, a su abuelo y a su madre para iniciar sus estudios en la ciudad. Allí, se convierte en una niña estudiosa a quien todos respetan. Se acerca a las pandillas juveniles, de la que son parte algunos compañeros de su curso, porque quiere saber cómo piensan y por qué están metidos en ellas. Así conoce a Mateo. Poco a poco se van haciendo amigos y Amaru Mara intenta disuadirlo de seguir con la pandilla, pues ésta está acabando con su vida. Mateo confía en la muchacha e intenta cambiar, pero se mantiene en la pandilla por no sentirse relegado, marginado o rechazado.

La novela toma forma a partir de dos relatos paralelos. El primero, muestra el momento en que la joven Amaru Mara se involucra con la pandilla para descubrir qué hace que este grupo atrape en un viaje sin retorno a los jóvenes de su edad. El segundo relato, ayuda al lector a descubrir el origen campesino y la vida de campo que la joven lleva en la sangre y en su forma de ser. En esta comparación de dos mundos culturales tan distintos, la protagonista se inclina vehementemente por la vida sencilla del campo frente a la vorágine que representa la vida en la urbe.

De manera muy sutil y prudente, Rosario Quiroga devela aquellos peligros como el alcohol, la droga, el cigarillo y el sexo que danzan alrededor de la vida estudiantil y que hacen presa fácil de aquellos jóvenes que son más vulnerables debido a situaciones familiares, escolares o sociales que de una u otra manera quiebran su vida y sus sueños.

Es una obra muy bien escrita que sin llegar a lo morboso del acto violento en sí, relata desde la dura iniciación que supone el ingreso a una pandilla, la denigración de la mujer por cumplir con los deseos del jefe, incluyendo el roce peligroso de actos que pueden llegar a crímenes y a una vida entera en la prisión.
Amaru Mara es un libro recomendable para los jóvenes por el tema, porque es muy ágil en su lectura y porque es una obra que atrapa.

TÍTULO: Amaru Mara
AUTORA: Rosario Quiroga de Urquieta
EDITORIAL: Kipus
AÑO DE EDICIÓN: Segunda Edición 2011

 

TE RECOMIENDO UN LIBRO

Mariana Ruiz
Escritora boliviana

Ruperto de terror.
Roy Berocay.
Ilustraciones de Daniel Soulier. 


Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/Ruperto.jpgUn ser oscuro y alado, con orejas largas y colmillos afilados asusta a todos los bichos que viven en los alrededores del arroyo Solís Chico. Nadie más que el famoso sapo detective, Ruperto, para partir al rescate y enfrentarse al siniestro señor... Siniestro. Con graciosos modismos gauchos, diálogos desafiantes y mucha imaginación, Roy Berocay vuelve a lanzar una aventura divertidísima y encantadora con su entrañable personaje, el sapo detective más valiente del mundo. Desde 1989, con Las aventuras del Sapo Ruperto, este autor, músico y periodista se ha consagrado como un grande de la literatura infantil uruguaya, ganando cuatro veces el Premio Bartolomé Hidalgo, entre otros. Daniel Soulier es un dibujante, animador, ilustrador e historietista, que acompaña cada una de las aventuras del Sapo Ruperto, aportándole su look característico.

 

 

 

 

 

 

EL DÍA A DÍA EN LA LITERATURA INFANTIL

1. I Concurso Municipal de Literatura Infantil "Historias Chiquitas y Chuk´utas: Yolanda Bedregal 2013"

Descripción: http://gallery.mailchimp.com/471341fef724d4e62a0e0ba75/images/CONVOCATORIA.jpgEn conmemoración al centenario de la insigne poetisa y artista boliviana Yolanda Bedregal, el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, mediante la Oficialía Mayor de Culturas, en alianza con la Oficialía Mayor de Desarrollo Humano y la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil, en coordinación con la Familia Conitzer Bedregal, en el marco de la conmemoración del centenario de la insigne poetisa y artista boliviana Yolanda Bedregal, convoca al I Concurso Municipal  de Literatura Infantil "Historias Chiquitas y Chuk'utas": YOLANDA BEDREGAL 2013" en el género de cuento.
 
Podrán participar, los bolivianos (as) y extranjeros (as) con más de dos años de residencia legal (mínimo 2 años) conforme a las siguientes categorías:
 
·     
       Categoría  "A"  participantes de 6 a 14 años
·      Categoría  "B"  participantes de 15 a 22 años
·      Categoría "C" participantes mayores de 23 años
 
Cada Concursante, podrá participar con un máximo de 3 obras.
 


TEMA: El tema es libre; sin embargo se recomienda tomar en cuenta preferentemente la realidad boliviana y los temas que promuevan los valores relacionados con: Convivencia Intercultural; Respeto de las Diversidades; Equidad de Género; Cultura de Paz; Prevención de Riesgos; Cultura Ciudadana y el Amor por la Ciudad; Cuidado de la Escuela; Prevención de la Violencia contra los niños y niñas; Prevención del abuso escolar; Seguridad Ciudadana. (Este listado es referencial, por lo que los participantes pueden abordar otra temática, si ven por conveniente).
 
Las obras participantes deberán estar dentro del género literario de cuento para un público infantil, deben ser originales e inéditas y de exclusiva creación intelectual de los participantes. El plazo de recepción de obras, concluirá impostergablemente el 3 de septiembre de 2013 a horas 18:30pm. Los resultados se conocerán el 30 de septiembre de 2013 en acto público.
 
PREMIOS:
Se otorgarán los siguientes premios:
 
Ø  Categoría  "A": Participantes de 6 a 14 años.           
Primer Lugar:            Bs1.000,00 (Un mil 00/100 Bolivianos) y diploma de honor.
            Segundo Lugar: Bs500,00 (Quinientos 00/100 Bolivianos) y diploma de honor.
 
Ø  Categoría  "B": Participantes de 15 a 22 años.
Primer Lugar: Bs2.500,00 (Dos mil quinientos 00/100 Bolivianos) y diploma de  honor.
            Segundo Lugar: Bs2.000,00 (Dos mil 00/100 Bolivianos) y diploma de honor.
 
Ø  Categoría "C": Participantes mayores de 23 años.
            Primer Lugar: Bs6.000,00 (Seis mil 00/100 Bolivianos) y diploma de honor.
            Segundo Lugar: Bs3.000,00 (Tres mil 00/100 Bolivianos) y diploma de honor.
 
 
Mayor información: Unidad de Fomento a las Iniciativas Artísticas y Culturales de la Dirección de Promoción y Producción Cultural del GAMLP, ubicada en el  2do Piso del Cine Municipal 6 de Agosto (Av. 6 de Agosto No. 2284). Teléfono 2440709 correo electrónico:

Número: 52

Fecha: Julio, 2013