Nilda Castrillo de Varas, la entusiasta de la lectura
Mariana Ruiz Romero
SU VIDA
Nilda Castrillo de Varas nació en 1925 en Tarija. Escritora, poeta y educadora. Siguió la carrera de maestra jardinera en la normal de Sucre, egresando en 1944. Ha sido fundadora y directora de varios establecimientos de educación pre-básica en su ciudad natal. Creó la columna “Descubriendo nuevos valores” y el suplemento infantil ‘Pata i perro’ del diario ‘Ahora’, que se publicó desde 1995 hasta 1997. También colaboró permanentemente en otros suplementos para niños, como “Goyi”, en la Paz y ““Tiluchín” en Santa Cruz.
Preside como presidenta vitalicia el Comité de Literatura Infantil-Juvenil de Tarija desde 1972. Dirigió hasta hace poco el club de lectura “Martín Arenales” para niños de diferentes barrios de la ciudad de Tarija.
Es miembro activo e incansable de diversos comités cívicos, del Círculo de Escritores y Artistas, de la Federación de Maestros activos y la de Maestros Jubilados. Fue promotora de la revista infantil “Chaski” hasta su cancelación y realizó decenas de actividades diversas para niños, jóvenes y adultos mayores en el departamento: competencias de juegos folclóricos, concursos de cuentos y poesía, adivinanzas e historias, festivales de masitas tradicionales, etc.
Por esta misma dedicación y empeño, ha recibido un sinnúmero de reconocimientos y homenajes. En 1988 el Ministerio de Educación y Bellas Artes de la Paz le otorga la “Medalla de Plata” al mérito Docente. En 1994 recibe un reconocimiento, “Honor al mérito” en Chosica, Perú y obtuvo diversos homenajes a su vida y obra por parte de la Casa de Cultura de Tarija, el último en el año 2013.
Fue acreedora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil "Hugo Molina Viaña" en 2015, por una vida dedicada a las letras infantiles.
SU OBRA
Esta mujer vivaz y alegre, ha sido siempre un ejemplo de dedicación y amor por su labor, promoviendo las letras y las tradiciones de su tierra. En su escritura, busca resaltar las anécdotas que experimentaron niños con los que tuvo directo contacto, convirtiendo situaciones netamente familiares en cuentos y fantasía. El mismo tratamiento tuvieron varias tradiciones de su ciudad natal, como las adoraciones en Navidad, los nacimientos que se exponían en las casas y que estaban abiertos a los transeúntes, y otras actividades tradicionales.
Su producción literaria infantil es múltiple y reciente, comenzando su primera colección de cuentos en 1994. Cabe destacar que muchos de estos libros, al ser auto-publicados, cuentan con muy poca difusión en el resto del país. A continuación destaco algunos de sus títulos más relevantes:
“El tren del alba” es un relato poético en el que las ilusiones de un niño que juega con un tren de juguete se ven cuestionadas por su padre, que quiere tirar el viejo tren hecho de cajas a la basura y comprarle un tren mecánico: fino y caro, con el que no puede jugar de verdad ya que es “muy delicado”. Ingeniosamente armado en formato de tira, el cuento se lee del derecho al revés, como si de vagones se tratase. Sin duda un relato lleno de amor y con una fina atención a las percepciones de los niños. Fue su primer libro publicado, parte de seis títulos de la colección Jardinera en 1994.
“El cumpleaños de pichoncito”, de la misma colección, relata el transcurso de este día feliz: todo el mundo está agitado con las preparaciones y pichoncito no sabe qué hacer, metido entre las alas y patas de sus seres queridos. Como es un niño, decide que “trabajará jugando”, y afanado, se pone a preparar un camión hecho de piezas rotas en el fondo del jardín. Cuando todos sus amigos llegan, incluido el pececito de cristal, la algarabía comienza: comida, canción del Pichoncito feliz, regalos… ¿pero, dónde se han ido los niños? Todos, embarrados hasta el cuello, están montados sobre el camión que pichoncito ha construido. Un maravilloso cuento acerca de lo que verdaderamente importa cuando se juntan los amigos.
La principal característica de estos seis cuentos es la capacidad de observación que demuestra Nilda, conocedora profunda de la psiquis infantil y de todas las actitudes infantiles, tanto las buenas como las malas.
“De cómo el ciempiés se quedó sin medias y sin zapatos”, es parte de la colección Misiringato, del año 2000. Jugando con el humor, el cuento relata las desventuras de un ciempiés “comedido”. El ciempiés ha ofrecido su ayuda a un cocodrilo que sufre dolor de muelas para ir a buscar al dentista. Como imaginarán, el ciempiés se distrae con sus medias y sus zapatos y nunca cumple su encargo.
“El joyero del arcoíris” es otra casi anécdota, relatada con humor, entre “la guerra” de unos peces de colores contra unos volantines que caen a la fuente donde viven. Curiosamente éstos también tienen forma de peces coloridos. La chispeante alegría de Nilda convierte un suceso triste para los niños, la pérdida de sus volantines, en un relato gracioso e imaginativo.
Esta colección posee una serie de problemas que dificultan su disfrute: los dibujos son muy planos y existen varios errores tipográficos. Sin duda un desafío para la autora es solucionar todos los detalles de este emprendimiento editorial, ya que realiza todo el proceso ella misma y encarga las impresiones en Santa Cruz, ya que en Tarija todavía no se realizaban impresiones de libros en grandes cantidades y a todo color.
“El niño de la Navidad o el rey del mundo”, es parte de la colección Nadir, publicada en 2010. Se trata de un relato de temática navideña, muy similar al argumento de “La vendedora de fósforos” de Hans Cristian Andersen, con la particularidad de que Toñito, -el niño que se duerme al lado de la mesa del nacimiento durante tres noches seguidas, experimentando un sueño especial cada noche- no sufre una muerte triste como la protagonista de Andersen, aunque está muy cerca de hacerlo. El final feliz refleja muy bien la realidad de un niño lleno de ilusiones, a pesar de su pobreza.
“El cuento de nunca acabar”, también de tónica navideña, recupera un cuento de la tradicional oral local: se dice que los gallos fueron los primeros en sentir el nacimiento del niño. Los ceibos florecen en esta época del año, y sus flores son también conocidas como “gallitos”, asociando su rojo manto con este detalle del anuncio del nacimiento de Jesús. El villancico referido al quiquiriquí acompaña la narración.
Esta colección sufre de altibajos en cuanto a la calidad y extensión de los relatos. Sin embargo, dos particularidades de la autora se reflejan en ellos: su capacidad de recontar maravillosas anécdotas y detalles de la vida tarijeña y la tradición oral; y su tratamiento del humor, la maravilla y la diversión para los pequeños lectores. Sin embargo, la intención pedagógica de algunos relatos, ya sea de índole ecologista o moral, le restan fuerza a algunas de sus obras.
Por último su novela, “Waldomar o el romance del gallo jerga”, editada en 2012, no deja de llamar la atención: es el relato minucioso de las experiencias de dos muchachos que sueñan con criar gallos de riña. Su desconocimiento de algunas enfermedades propias de las aves, por ejemplo, los harán confundir una gripe aviar que fulmina al gallinero con una pena de amor, ya que primero muere la gallinita Josefina, prenda estimada del rey del gallinero, el gallito Cirilo, quien muere seguidamente. Sin embargo, los héroes de esta novela se asegurarán de aprender de todas sus desventuras (que suceden una detrás de otra), logrando su cometido y creciendo en el proceso. Los gallos de riña fueron toda una tradición en Tarija, heredada del tiempo de los españoles, y todavía se practica en algunas localidades. Se incluyen en el relato muchos modismos y formas de hablar locales, ya que el acento “chapaco” suele ser una parte definitoria del carácter tarijeño.
SU TRABAJO COMO EDITORA
Merecidamente reconocida por las letras nacionales, Nilda ha sido ante todo una mujer que se tomó a pecho suplir la falta de libros y estímulos para Tarija. Este poblado apacible, de menos de 40 mil habitantes, se ha convertido en una gran ciudad, con un enorme incremento de barrios, habitantes y escuelas. Sin embargo, los niños y niñas se enfrentan a los mismos obstáculos: la falta de libros y lecturas que los motiven, que enciendan en ellos la chispa del amor por la lectura y que los formen con criterio lector. Nilda se encargó personalmente, con su maletita repleta de cuentos a cuestas, de llegar a las escuelas más alejadas, a los barrios más pobres, regalando su amor por la lectura a todos los niños y niñas por igual. Su intensa actividad, sumada a su labor literaria, reflejan muy bien la persona que es: amante de su tierra, de sus tradiciones, sus juegos, atenta a los niños, a lo que les interesa, llena de alegría, humor y creatividad.
Colección Pata i perro
Esta serie de fascículos que salían de forma mensual en el periódico tarijeño “Ahora” fueron enteramente responsabilidad de Nilda, que se encargaba de publicar poemas propios y de otros pioneros de la literatura infantil boliviana, como Hugo Molina Viaña y Alberto Guerra Gutiérrez. Los textos producidos provenían de los niños y niñas participantes del club de lectura “Martín Arenales” y la revista suplía la falta tan sentida de la revista “Chaski”, que dejó de funcionar ese mismo año. El formato, en blanco y negro, proponía manualidades, recetas, cuentos y poemas. Algunos de estos escritos eran de la misma Nilda, otros provenían de la literatura universal y siempre hubo un espacio especial para las producciones de los más pequeños. Una experiencia pedagógica y creativa que está entre los mejores recuerdos de la autora, como ella misma me dice en una nota escrita en 2016:
“[…] los años me han llenado de cursos, seminarios, certificados, méritos, premios etc.; […] (yo) sigo en la brega hasta cuando Dios quiera [….]. Pese al trabajo del Comité y de los clubes del libro “Alberto Rodo Pantoja” y “Luis Fuentes Rodríguez” los lectores disminuyen. Los medios modernos de comunicación han convertido el libro en mero adorno de bibliotecas.
Con verdadera pasión dediqué mi tiempo y creatividad al “Pata i Perro”, sentía que formaba el espíritu de los niños. El día sábado era un día feliz, el taller funcionaba con una veintena de niños alegres y creativos. ¡Qué movimiento cultural en escuelas y en hogares! ¡Amo recordar!”
Los obstáculos de edición a los que tuvo que enfrentarse recuerdan a la situación de los pioneros de la LIJ boliviana, que tuvieron ellos mismos que financiar sus publicaciones y que batallaron con los mismos problemas: la falta de un apoyo editorial, la falta de ilustradores, correctores de texto y distribuidores de libros, todo el circuito que recién se forma y surge con fuerza a principios de este siglo, y que acaba de consolidarse con tres editoriales funcionando a nivel nacional: Kipus, La Hoguera y Santillana. Estas editoriales, provenientes del eje troncal, apenas ahora cuentan sucursales en esta ciudad tarijeña, donde por mucho tiempo la calle Suipacha, donde reside Nilda, fue el único refugio para quienes querían disfrutar de la lectura.
Promotora de la lectura y de la escritura, amante de los libros y los cuentos, Nilda será recordada como una impulsora activa y permanente de esta bella tarea y un referente de la LIJ en su ciudad natal.
Autor: Mariana Ruiz Romero
Publicado en: ---
Fecha: 17 Diciembre, 2016