“La resonancia de los estornudos fóticos y otros cuentos”
de Carlos Vera Vargas.
Libro ganador del Primer Concurso de LIJ, Categoría Juvenil, Editorial La Hoguera 2016.
Mariana Ruiz Romero
Carlos Vera destaca en el panorama de la LIJ nacional por varias razones: dueño de una prosa única, su enorme capacidad inventiva le ha merecido varios premios de literatura infantil y juvenil tanto en el país como en el exterior. Fantástico narrador, su principal característica es la habilidad de combinar engorrosos datos científicos con sentimientos y acciones de los protagonistas de sus novelas, en un entrevero -a veces pesado, la mayor de las veces brillante-, que invita a leer en voz alta y a tropezar con sus atrevidas frases.
Es así que en este libro de cuentos, Carlos se inspira en cuatro síndromes o trastornos reales: el manguito rotador, los estornudos fóticos (producidos por una espontánea alergia a la luz del sol), la vejiga tímida y el fantástico síndrome de los cabellos impeinables o “pelitrianguli et canaliculi” (pelo triangular acanalado).
Todos estos síndromes son experimentados por jóvenes que habitan una Santa Cruz de la Sierra que se mueve entre la ficción y la realidad, todos asisten al mismo colegio y se relacionan tangencialmente entre sí. Cada uno de los muchachos y muchachas sufren de algo particular, una circunstancia cotidiana que, unida al singular síndrome que titula cada cuento, los hace únicos, mágicos e irrepetibles.
Por ejemplo, el protagonista de “los estornudos fóticos” afirma que sus sonoros y contundentes estornudos no se deben a una reacción frente a los rayos solares. Se trata de otra cosa: él está enamorado por primera vez, y su cuerpo reacciona de esa manera.
En el caso del muchacho que padece de piuresis, (no poder orinar en lugares públicos o ante la vista de alguien), su problema se agrava porque él ama andar en bicicleta por el campo abierto, tema que su vejiga padece muchísimo, hasta que-tras mucho padecer-, confía su problema a un colega ciclista, que se determina a ayudarlo.
En cuanto a la chica de los cabellos impeinables, hirsutos y duros como pajas bravas, no hay remedio para su cabellera: ni las algas marinas, ni la plata ni el aceite de almendra suavizarán su hirsuta apariencia. Sin embargo, no se trata de un problema para ella, ya que la abuela asocia su cabellera con su independencia y decisión ante la vida, y le alegra ver que su carácter sea tan decidido como su pelambrera.
El último relato explica cómo una adolescente se enamora de la jabalina, sin duda un deporte de lo más extraño, y que en airoso sujetar de su lanza encuentra no sólo el solaz, como diría Carlos, sino la manera de procesar un hecho doloroso en su vida: su padre, largo tiempo ausente, ha decidido venir a verla lanzar la jabalina. El manguito rotador se refiere a la lesión del hombro que padece su compañero, síndrome que le impedirá participar de la competencia.
Cuatro relatos acertados, entretenidos, con una descripción maravillosa de Santa Cruz, que nos invita a recorrerla en bicicleta, un merecido premio literario, a la altura de otros títulos del autor, como “Dos gatos mojados y el caso del paraguas”, Premio Nacional de Novela infantil 2016, y “El Vuelo de Murciélago Barba de Pétalo” Premio Nacional de Novela Juvenil 2009.
Autor: Mariana Ruiz
Publicación: Matutino Los Tiempos. 19 de noviembre de 2017