Gigia Talarico incursiona por primera vez en la novela juvenil con La sonrisa cortada. Una nouvelle publicada por el Grupo Editorial La Hoguera de Bolivia y Alloni / PROA Editores de la Argentina (2008).
En cuanto al argumento y el tema, Gigia dijo: “Es lo cierto que no es posible que calle cuánto sé y cuánto siento respecto de un tema, de personajes, de situaciones de mis padres, mis abuelos, de todo lo que configura y revela su radiografía en la nouvelle que me dispongo a escribir, y no es vano que hable y escriba si en verdad puedo y sé hacerlo”. Estas palabras solamente pueden ser expresadas ante temas de mucha complejidad, pero sobre todo de profundo dolor y sentimiento. Es así que Gigia se anima a escribir sobre los hijos de las personas desaparecidas durante la dictadura en la Argentina entre los años 1976 y 1983.
Ignacio, Elena y Arturo son hijos de una familia acomodada de Buenos Aires. Elena, la protagonista, se enamora de Pablo. Cuando lo presenta a su familia, los padres de Elena lo rechazan por tratarse de un muchacho de pocos recursos y baja clase social. Son una pareja de nuevos ricos que trata a la gente con prepotencia y aire de superioridad.
Para que Elena lo conozca mejor, Pablo le envía un diario que ha ido escribiendo desde sus nueve años. Así, intercalando con los capítulos de la historia que narra Elena en primera persona, aparece el diario de Pablo y el lector puede analizar la vida de ambos protagonistas. Una lectura algo complicada porque ambas voces, la de Elena y la de Pablo, se alternan hasta enlazar ambas historias familiares en el tiempo de dictadura vivido en la Argentina.
Gracias al diario, Elena se entera de que el padre de Pablo es uno de los desaparecidos de la dictadura, pero también descubre la verdad, generalmente oculta y misteriosa en estos casos. Ahora sabe la razón por la que sus padres quieren separarla del muchacho.
Es una novela muy bien escrita que es un verdadero desafío lector para los jóvenes que se enfrentan a dos tipos de narradores adolescentes simultáneos. Pero la autora, aún tiene más lana en el ovillo para sus lectores. Atravesando el argumento central, también surgen las historias de los otros hermanos de Elena, Arturo e Ignacio; el menor involucrado con las drogas. Además está la historia del padrastro de Pablo que es una figura que él llega a admirar hasta que se queda sin trabajo y se convierte en un alcohólico y fracasado.
La novela cierra con un final abierto que sabe a esperanza, en una relación truculenta entre dos adolescentes que viven entrampados por un pasado que vivieron sus padres.
Autor: Isabel Mesa Gisbert
Publicación: En el libro "Los Recomendados: una década de LIteratura Infantil y Juvenil boliviana 2000-2010" de la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil