UN JUSTO PREMIO PARA UN TALENTOSO ESCRITOR

UN JUSTO PREMIO PARA UN TALENTOSO ESCRITOR

Un justo premio para un talentoso escritor

Rosalba Guzmán Soriano

 “La Resonancia de los Estornudos Fóticos y Otros Cuentos”, titula el  libro que nos retrotrae a los 14, cuando éramos insoportables adolescentes en la edad del burro. Deliciosa edad, cuando uno se conecta a través una buena escritura de literatura juvenil.

Ya el título es atractivo. A Carlos le gusta poner ahí el anzuelo. Un título tan largo, sobre un acto tan biológico como el estornudo parecía sorprendente; quizás a poca gente le interesaría leer algo sobre el estornudo, pero los estornudos fóticos? ¿Qué será eso? Cualquier lector se queda pensando y se le abre la curiosidad de saber qué cosita es eso, que  lo mejor sólo google nos podría responder. Google o Carlos Vera.

Este es un cuento de un experimentado en adolescencia, más que de un psicólogo – Carlo los es – es de un adolescente sin amnesia. Siempre me he preguntado por qué será que los adultos recordamos nuestra niñez y nuestra juventud? Por qué nadie habla sobre su adolescencia? Por qué esa edad queda guardada en el más recóndito espacio oculto en la maraña de nuestras huellas mnémicas?... La única respuesta que se me viene a la cabeza, es: porque esa edad es la más incómoda.

El adolescente es como una serpiente que cambia de piel. Deja la infancia y arrastra a su paso las huellas que la misma le dejó. Su cuerpo infantil ante el espejo se convierte en algo inexplicable. Es grande para unas cosas y chico para las otras, en esa mitad del puente entre la niñez y la juventud, es  un pasajero que debe enfrentarse a la incomodidad de verse ridículo y sorprendido, su cuerpo le da señales que no quiere avizorar.

Según los psicoanalistas,  de quienes el autor se burla, el organismo y el cuerpo no son sinónimos, son cosas distintas, mientras uno es el conjunto de órganos y sistemas, el otro es el reservorio del yo; una construcción imaginaria  en el desarrollo de la vida, así que ese conjunto de órganos, libra de carne se humaniza cuando el cuerpo adviene a través del lenguaje, de la voz que te nombra, de la mirada que te acepta, o te rechaza, o se burla de ti,  con el cuerpo se habla, se responde, se interroga.

En su primer cuento, “La resonancia de los estornudos fóticos” Carlos nos cuenta qué le pasa al cuerpo de un adolescente sacudido por las resonancias iniciales del amor y del deseo. Los estornudos fóticos, según el discurso de la ciencia, para el Dr. Soldán “resultaban siendo una defensa natural, una respuesta refleja a la luz natural que la luminosidad del sol le provocaba al muchacho una alergia lumínica” pero el síntoma aparece el día en que Toño, el protagonista, le declara su amor a Anahí Vaca. Y es que cuando uno desea y ama, o ama y desea, se expone a la luz, y ni las gafas polarizadas podrían cubrir las resonancias del cuerpo y ruidoso estallido de emociones.

 Es sumamente divertido cómo los personajes hablan de los estornudos “fóticos” de la mamá que sólo lo hace de vez en cuando, del papá que era un hombre que no producía ruidos y de la dulce Anahí Roca romántica como toda mujer en la edad de la sublimación del deseo que al lado de él sentía la necesidad de un estornudo.

El segundo cuento se llama: “El Muchacho de la vejiga tímida” Este cuento, como los otros, se inicia con tres epígrafes hermosos en cuanto ponen en relieve la subjetividad adolescente en ese tramo de la vida que uno transcurre en la bicicleta de la adolescencia. Uno de ellos dice “allá voy y a mí mismo me persigo” de Antón Castro.

La vejiga tímida de Matías hace referencia al devenir de la pubertad, a las grandes angustias de los adolescentes sobre el tamaño de su masculinidad, sobre el poder para sentirse vencedores, ante la mirada de las chicas y en la contienda de hombre a hombre, para demostrar quién es el más macho.

Pero no sólo eso son los adolescentes. Uno por uno tiene una historia y un modo de confrontar esta etapa. Matías tiene un amigo con quién contar, como todos los adolescentes. A ellos les importa el amigo y las chicas, los padres aparentemente pasan a segundo plano, pero no es tan así, ya que ellos dejan las marcas suficientes para que sus hijos, se suban a la bicicleta y puedan o no pedalear y superar la timidez de sus vejigas, pedacito de su aparato reproductor unido a las contingencias de sus subjetividades.

Micaela es la protagonista de “La Jabalina, la maleta y el doloroso manguito rotador”. Un cuento hermoso para pensar en qué hacer para separarse de un padre de paso. Para separarse subjetivamente, para dejarlo ir y venir sin quedarse como son muchos vivan o no en una familia constituida. Micaela tiene un padre con una pesada maleta que se queda siempre en la sala, no pasa al interior, está en la sala, en el umbral entre la asunción de la familia y la calle. Un padre que no está para quedarse, y ella tiene que resolverlo sin la ilusión de que cambie, de que el resto del universo se ajuste a su deseo. Lanza la jabalina para ir más allá de lo que puede cambiar, ella es la jabalina que cruza el espacio familiar para encontrar en su liviano y elegante vuelo su propio deseo.

El último cuento “Una foto a los 14 años o la chica de los cabellos impeinables”. Hace referencia a esa creencia popular que dice que los cabellos son rebeldes cuando la persona lo es. En este cuento hay un encuentro entre una abuela y una nieta. Una abuela que se encuentra con la nieta en el rasgo rebelde. Entonces desde su raíz desde su progenie, es un valor la rebeldía y hay que crecer rebelde. La adolescencia te da ese don.     

El gran valor de una escritura limpia, creativa y original de literatura juvenil se da en el hecho de decir sin decir, de tejer el velo de lo simbólico con las palabras y los recursos del arte. Hablar del cuerpo y la sexualidad en la adolescencia podría convertirse en un tema o científicamente aburrido, o pesadamente moralizante, o groseramente expresado. Un buen escritor bordea lo Real y ominoso  del tema y belleza, humor y estética fecunda escribe una bella obra de arte.

 

Autor: Rosalba Guzmán Soriano

Publicación: Boletín