VIAJE AL CENTRO DEL CIELO
Mario Linares Urioste
Viaje al centro del cielo, el último libro de Verónica Linares es una novela de doce capítulos. La misma contiene varios cuentos que la narran las experiencias y aventuras de un niño de ciudad, o sea un niño inmerso en el wifi, en el Nintendo, en la tv de animación, cuyos compañeros toman sus vacaciones en hoteles de lujo o van a Disney World.
El cronista piensa fustrado que en su vacación, en lugar de conocer modernos aeropuertos, lujosas tiendas y centros de entretenimiento, hará un viaje al Potosí y Sucre de los recuerdos ancestrales. El viaje acompañado de sus abuelos, padres y hermanitos, será por tierra. Muchas horas que transcurrirán recorriendo desde un altiplano abrazado por las cumbres de nieves eternas de una Bolivia andina para llegar hasta los dulces valles. ¡Qué aburrimiento! , dice, es como viajar a la prehistoria.
Por la ventana del auto van pasando los pueblitos, las recuas de llamas, las vestimentas multicolores de las mujeres. Los luminosos cielos de las alturas en solo instantes se transforman en aterrorizantes negros nubarrones con precipitación de lluvias y granizo. En medio de la nada un desperfecto mecánico detiene el vehículo y el abuelo junto al padre tienen que emprender la aventura incierta de ir a buscar auxilio. ¡Qué terror!... los niños lloran.
Pete la valiente, la abuela que viaja con ellos, trata de calmarlos con su cuento atemorizante de un internado cuando era niña en que los ruidos inexplicables de una noche oscura terminan siendo el baile y zapateo de las monjas en clausura. Al terror se lo vence con la risa.
Llega al fin el auxilio, el padre y el abuelo se han convertido en verdaderos héroes y el viaje sigue. En la noche todos duermen en una carpa a la vera del camino. Viene un maravilloso amanecer con olor a campo y tierra mojada.
Los cuentos están dirigidos a los niños y adolescentes, esos seres sensibles, vulnerables, impresionables y ávidos de amor. ¿Pero qué adulto en el fondo también no es un niño?
Verónica, para llegar a los niños vuelve niña a su madre, niño en búsqueda de amores a su padre. Las crónicas no son imaginarias, son de carne y hueso. Ocurrieron y así se las relata.
En unos pocos días el niño de ciudad experimenta el encuentro con la patria, con los ancestros, con las ciudades de los recuerdos de sus mayores y en medio de ellas encuentra lo principal: Saber que la felicidad es de sólo unos instantes pero su intensidad nos persigue eternamente. Saber que al miedo lo vence la risa. Saber que todos buscamos amor. Saber que es primordial honrar padre y madre. Saber que el misterio de la muerte es doloroso e insondable. Saber que los ancestros y la tierra nos dan el beneficio de la pertenencia.
En estas crónicas se muestra el desgarrador exilio de un niño que resulta ser el abuelo y que junto a su familia tiene que dejar amores, amigos, su ciudad y la tierra por los típicos avatares de la política boliviana, todo en busca de nuevas oportunidades.
Se narra también el regreso al Caraparí, la hacienda perdida, donde los antiguos arrenderos, después de reconocerlos, eufóricos gritan: ¡los patrones han llegado!
La autora narra con ternura las viejas anécdotas de familia que también resultaban entrañables para ellos. Todos se abrazan, besan y lloran.
Verónica, en un lenguaje sencillo nos cuenta historias fascinantes en sí mismas pero, lo más importante, son todas historias que nos curan el alma y nos ayudan a vivir.
Verónica a través de sus cuentos se vuelve una terapeuta de la salud y la inteligencia emocional. Si bien son narraciones familiares e íntimas, son tan ligadas al ser humano que se vuelven universales.
Paradójicamente ese “viaje a la prehistoria” que se inició con la expresión de aburrimiento de un niño de ciudad, terminó siendo para él, como titula el libro, “Un Viaje al Centro del Cielo”.
Muchas gracias Verónica por tu nuevo e invalorable regalo.
Autor: Mario Linares Urioste
Publicación: Matutino Los Tiempos. 14 de agosto de 2017