Boletín Vuelan vuelan 98

Vuelan vuelan
Año 10, boletín 98

Diciembre - Enero, 2018
Visita nuestra web: www.ablij.com

  • Distinción de la Comisión de Fomento a la Cultura Herrmann de La Paz (2009)
  • Distinción del Gobierno Autónomo Municipal y Oficialía Mayor de Culturas de La Paz (2013)
  • Premio Nacional y Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil "Hormiguita Viajera", Biblioteca Madre Teresa de Calcuta, Buenos Aires (2013)
  • Reconocimiento de la Cámara Departamental del Libro de Santa Cruz (2016)
  • Reconocimiento del Espacio Simón I. Patiño de La Paz (2016)


Comité editorial: Isabel Mesa, Liliana De la Quintana, Víctor Montoya

Vuelan vuelan es un boletín mensual dedicado a la literatura infantil y juvenil que tiene como objetivo llevar artículos, entrevistas, reseñas de libros, notas sobre ferias, congresos y presentaciones de libros a escritores, ilustradores, docentes, psicólogos, pedagogos y personas interesadas en el tema.



Vuelan vuelan pretende ser la plataforma que dé a conocer a los autores bolivianos y extranjeros con su literatura y forma de pensar. Quiere ser una revista mediadora, que comunique los acontecimientos más importantes relacionados con la literatura infantil y juvenil. Desea ser portavoz de artículos interesantes sobre el tema infantil que enriquezcan la formación teórica de nuestros lectores. Pero, sobre todo, quiere ser un enlace nacional de la literatura infantil boliviana.


Vuelan vuelan también abre sus puertas a opiniones, comentarios y material que puedan hacernos llegar los lectores para que este boletín sea un punto de encuentro de la literatura infantil y juvenil capaz de unir a todo el país en favor de nuestros niños y jóvenes.


Ilustrador: Román Nina Nina (Bolivia)
Aventuras de un escarabajo en Japón



LEYENDO LITERATURA INFANTIL

 

Onelio Jorge Cardoso
El magisterio de nuestro cuentero mayor

 
Alga María Elizagaray
Escritora cubana
 
La aparición de un libro (1) de nuestro máximo cuentero destinado esta vez  al público infantil en el primer quinquenio de los setenta fue recibida como una fiesta de inefable alegría para todos, pues era de esperarse que con su mundo de varia y fabulosa invención todos los lectores con o sin edad nos lo apropiaríamos en su disfrute lúdico y estético. Y, efectivamente fue y sigue siendo todo un acontecimiento en el ámbito de la literatura cubana y latinoamericana la aparición de Caballito Blanco, un título que el autor debía a nuestros niños con el que les cumplió legándoles un clásico en su género para el universo de la infancia. 
 
Siempre la cuentística para adultos de Onelio me recordó el viejo placer que en tiempos de mi infancia y adolescencia me provocaban las veladas familiares en torno a la radio con aquellos programas que nos suspendían temporalmente el sentido de la realidad con su magia narrativa de aquellos orígenes ya perdidos en la noche del tiempo, y que sin duda alguna  marcaron la génesis de la radionovela en todo el continente latinoamericano. De esas sagas resultaron inolvidables los recuerdos de  las páginas sonoras de “La novela del aire” y “Tamakún, el vengador errante”, entre tantas otras series que marcaron a  mi generación y la posterior. Y no es casual que así fuera, pues él escribió para la radio en esta época emblemática.
 
No pretendo hacer énfasis en un sentido crítico a este viaje sentimental que asocio a la cuentística de OJC para la infancia, pues la misma como toda su obra está asentada por una reconocida validez en cuanto a sus méritos artísticos, su particular cubanía y su estilo inconfundibles del cual sin proponérselo hizo el autor una mitología criolla muy peculiar. Pero sucede pienso yo que su obra es tan poética en el tratamientos de su diversidad temática, y en la singularidad de sus giros idiomáticos, en sus mensajes y trasfondo dramático o lúdico, según, que no puede menos que suscitar nostalgias y recuerdos en muchas personas a través de ese espejo elocuente y  vivencial de la infancia. Es así porque remueve esa agua pasada o paraíso perdido que permanece siempre dentro de nuestra memoria. Y es que su narrativa tan personal provoca remembranzas capaces de entregarnos en su conmovedora dimensión humana y artística la proximidad a una Jauja tropical campesina muy sui generis con sus verosímiles fábulas consteladas de sinsontes, tojosas, lechuzas ambiciosas, cangrejos voladores, cigarras líricas, pichones navegantes, murciélagos filósofos y “majases” tan manipuladores y prepotentes a los que con razón llama “serpentas”…y todo ello con un fresco olor a clavellinas y a romerillo silvestre.
 
Yo tuve la suerte de estar cerca de él durante los últimos años de su vida, y en especial a finales de los setenta, cuando él representó a nuestro país en Perú como  agregado cultural, etapa en la que mantuvimos un epistolario  cómplice en cuanto a nuestras aspiraciones comunes referidas a la LIJ cubanas. De esa época recuerdo su gran sentido del humor cuando narraba experiencias personales, como cuando al contarme que había visitado una función de ballet en Lima le pregunté si la había disfrutado. Me respondió: “los encontré algo trotoncitos.” Claro tenía demasiado cercanos sus recuerdos de nuestro Ballet Nacional, y ese calificativo no podía ser más gráfico y gracioso como respuesta. También recuerdo que a menudo contaba una anécdota de su relación con el hijo pequeño de un amigo al que una noche antes de acostarse le había improvisado un cuento cargado de diminutivos, que éste había rechazado burlándose de los mismos. Era su prueba personal más fehaciente contra el uso edulcorado y la subestimación que a menudo se abusa en la literatura destinada al lector infantil, demostración elocuente del desconocimiento que muchos escritores tienen de esa instancia humana tan especial. No por gusto existe una famosa y lapidaria frase: “Denme los primeros cinco años de la vida de un niño y les cedo el resto”, que a menudo es citada anónimamente.
 
Caballito Blanco, el único libro de cuentos para niños que escribiera (aparte de su noveleta Negrita) aporta a la literatura cubana una brisa, unos vientos alisios que borran remanentes de corrientes desfasadas en cuanto al relato infantil. Este título es un reto en sí mismo, es la demostración cabal a sus colegas del género, de que cuando un escritor transita por la madurez de su oficio está más capacitado que nunca antes para adentrarse por el más polémico de los caminos de creación: el discurso infantil, de engañosa sencillez. Onelio demuestra no estar prejuiciado en modo alguno hacia este azaroso sendero tan secularmente ignorado y olvidado en nuestra cultura no sólo cubana sino latinoamericana, salvo el ejemplo de La Edad de Oro de nuestro José Martí y otros poquísimos autores.  Al contrario, nos regala con amor del bueno una media docena de cuentos que ya pueden considerarse como clásicos, en los que se destacan cual sarta de colorines los más variados y singulares personajes surgidos de lo más hermoso y auténtico de la flora y la fauna cubanas.  .
 
Precisamente a espacios como los referidos de nuestra naturaleza, que tan bien conocía y admiraba están dirigidas sus acertadas historias. Nuestro cuentero mayor deviene en fabulista recreador de lo mejor de nuestra tradición convirtiéndola en mitología criolla. Animalitos aparentemente insignificantes de la campiña cubana devienen en héroes de sus aventuras encarnando temas tan apasionantes como el menosprecio y la persecución del artista por su singularidad; la maldad escudada en el engaño que se desenmascara ante la inocencia; la inconformidad con la condición natural recibida al nacer que se logra superar gracias a la voluntad, el coraje, y la disciplina; la eterna lucha entre el bien y el mal y el triunfo de la bondad inteligente que derrota a la maligna soberbia; y, por último, el polémico tema del inconformismo y la mente amplia frente a las convenciones establecidas, ya inoperantes por su rigidez. Y lo mejor: que esos temas tan serios en sus narraciones se convierten en interesantes, divertidos, asimilables y amados por el pequeño lector que recibe de tan graves asuntos su carga de humor, ternura y simpatía.
 
El autor de Negrita (su otro libro destinado a la infancia, una noveleta) triunfa nuevamente en su discurso narrativo gracias a su amplia experiencia en afortunadas incursiones por las venturas y desventuras de la campiña cubana. En ellas siempre supo mostrarnos lo inefable de su entorno, gracias a la ternura de su personal talento, y a su sentido poético que tanto supo ahondar en lo popular de su tierra, a la par de su incansable denuncia ante la miseria e injusticia social que la asolara en otros tiempos, por suerte ahora superados. Y no hemos dicho aùn algo esencial de su prosa: esa capacidad suya de captar al dedillo la lengua y el habla de su pueblo en sus esencias más puras, nuestro modo de enfatizar, la inflexiones del español-cubano, la singularidad con que solemos expresarlo. OJC supo siempre usar los giros de esa cantera para hacer una obra que no cesa de asombrarnos por su sencillez y espontaneidad, que nunca incurren en populismos ni en falsedades ni concesiones. Porque rastrear en lo oral e idiosincrásico, cuando él lo hace, no es redactar un “patois” criollo, ni caer en el facilismo o el adocenamiento lingüístico; todo lo contrario, es rescatar lo más hondo y genuino de nuestra lengua, constantemente enriquecida por el habla popular. (2)

Comienzo  por el índice de Caballito Blanco, para pasar después a su temática y aspectos formales, de manera de demostrar lo anteriormente expresado. El primer cuento es el que da título al libro, los restantes son: “El cangrejo volador”, “Los tres pichones”, “El canto de la cigarra”, “La serpenta”, y “Pájaro, murciélago y ratón”. Ignoro la razón por la cual el autor omitió en aquí su precioso cuento anteriormente publicado  “La lechuza ambiciosa”, que bien merecía aparecer en este título, y en cualquier antología. Lo lamento,  pues es una inolvidable estampa también ya clásica, que huele a gota de rocío, y a los orígenes del “había una vez” de nuestra Isla mágica y es, además, una de sus más encantadoras fábulas.
 
En “Caballito Blanco” sus personajes centrales son el propio “Caballito” y el niño Alejandro: un caballito filósofo y poeta, que cabalga siempre al trote de la imaginación y el sentido común, el menos común de los sentidos, y un niño medio inválido, que es atendido con cariño pero sin eficiencia por su tía y su médico. Estos dos personajes secundarios aparecen al comienzo y en el desenlace de la historia. El autor los utiliza para enjuiciar la demasiado frecuente conducta anquilosada de muchos adultos en su mundo de relaciones con los niños, tema que mucho le inquietaba y que aparece como una constante en sus cuentos, ahora en éste, el único de protagonismo humano en el libro, pues el resto son fábulas. “Caballito Blanco” comienza con una de esas frases con mucho “duende”, que logran mantener en vilo al lector durante el resto del relato y que son tan características en la obra oneliana: “Era, primero un carrusel, o un niño primero y un carrusel después. Nunca se sabrá.” La trama posee una estructura lineal que ayuda a la comprensión del tema y a hacerlo accesible  al niño en sus coordenadas de realismo y ficción, combinando equilibradamente ambas dimensiones.  El paisaje revela con espléndido colorido nuestros campos, los montes de guayabas, el rocío en las hojas y las hierbas, los pájaros en sus variados trinos y arcoiris de colores, “los caracoles con sus tarritos afuera andando a resolver sus asuntos, (…) las flores silvestres de las lomas que nadie pone en búcaros, como si sólo fueran bonitas las rosas y las flores de jardinería, (…) las gaviotas (…) y el baño de mar en sus aguas, bien en cueros, como había venido a este mundo tan falto de caballitos blancos…”(3) El personaje central, un nuevo “pájaro azul”, evidencia simbólicamente la necesidad de liberar la imaginación y de permitir sus vuelos al país de las maravillas, también el reclamo de lo espontáneo y placentero como realistas soluciones a ciertas crisis existenciales. “Cuando vayas contento no te importe a dónde vayas”, y “bueno, si te alegra, ¿qué daño puede hacerte?”, son frases claves que remiten a la sabiduría y a la intuición del autor, quien comprende por su propia experiencia que lo fundamental de este cuento es el viaje iniciático motivado por la crisis, a través de una aventura, la necesidad del héroe de correr mundo y descubrirse a sí mismo en el miedo, en los confines del paisaje. Viejo mito latente en toda la tradición oral, que nuestro cuentero mayor utiliza como travesía que le permite a Alejandro encontrarse a sí mismo, recuperar la autoestima y alegría de vivir, y por ende, curarse. Después vemos salud y sonrisas en lugar de inmovilidad y tristeza, y no hagas esto ni hagas aquello porque puede hacerte daño. El médico “bueno, viejo y sabio”, sólo acierta a exclamar con su ego sorprendido y cierta suspicacia ante lo impredecible de la vida: “¡Contra! ¡Increíble!¡Pues sí que son buenas estas medicinas mías! (4)
 
“El cangrejo volador”, fábula que le sigue, establece un contrapunto entre la tradición y la aspiración individual, una vez descubierta su dificultad de ser y su necesidad de trascendencia. Los diálogos aquí ahora   son deliciosos. Están elaborados con la sencillez del estilo oral de narración y con la economía y naturalidad que son constantes del autor. “¡Bonito que te está quedando el pozo ese!” es la frase detonante en la conciencia del cangrejo, en su condicionamiento conformista, que le lleva a cuestionar los cimientos de su casa y a poner en duda su razón de ser como crustáceo, incitándolo al ejercicio de su voluntad de poder hasta entonces reprimida. La paloma torcaza, considerada en su entorno como una loca por lo revolucionario de sus postulados, introduce el germen de la duda que permitirá la metamorfosis de su amigo el cangrejo, a quien el éxito coronará “con dos alas encendidas como las plumas del tocororo –nuestra ave nacional—ante el asombro de los pusilánimes del monte.
 
“Eran tres pichones de pájaros carpinteros y ninguno de los tres estaba dispuesto en manera alguna a hacer vida de pájaros.”(5) Así comienza “Los tres pichones”, la tercera fábula del libro y la más audaz y polémica en sus planteamientos. Estas tres criaturas están en desacuerdo con su destino de aves, y deciden abandonar su nido e irse como marineros a navegar por los mares del ancho e ignoto  mundo. La madre no puede comprenderlos y, aunque se les opone exigiéndoles obediencia, ellos deciden realizarse en lo que consideran sus legítimas aspiraciones. Al quejarse la madre pájara carpintera al zunzún, su sabio amigo, éste da la razón a los hijos y argumenta: “Lo malo sería que ellos estuvieran haciendo algo que no quisieran hacer. Eso sí les dañaría aunque vivieran a tu lado. Con el tiempo no serían más que unos pichones tímidos y tristes.”(6) Planteamiento que revela el respeto del autor hacia la vocación por lo que ésta implica de amor hacia las más auténtica aspiración individual: la autorrealización. El desenlace, después de innumerables fatigas que ponen a prueba la voluntad de los héroes –en las que nunca deja de estar presente su cubanísimo humor--, es risueño. Ellos terminan por regresar con sus gorras de capitanes a buscar a su querida mamá y a saludar al zunzún, que ”continuaba libando las mieles más secretas del monte”. (7)
 
La soberbia castigada es el leit motiv de “La serpenta”, cuyo título es en sí mismo una ironía por parte del fabulista, y un coloquialismo sacado de una frase de un niño de la Sierra Maestra, según expresa el exergo que lo antecede. Las peripecias del susodicho personaje “con sus pequeños ojos verdes, su lengua de dos hilachas y sus escamas plateadas a todo lo largo del cuerpo”, que sólo podía verse “al atardecer, cuando el sol se iba a dormir y una luna redonda asomaba su careta por encima del zapote”(8) y a quien encantaban los negocios, están investidas de comicidad e ingeniosas ironías, que facilitan el desarrollo intelectual del pequeño.
 
El tema de la soledad y la necesidad de comunicación es inherente a “Pájaro, murciélago y ratón”. Y de ese modo…”Pues resulta ser que, un día, el murciélago, que andaba como huérfano en este mundo, determinó hacerse una familia a quien daría su calor y recibirlo a la vez, por no andar solo y disperso por los campos.”(9) La odisea del murciélago durante este periplo sentimental le descubre no pocos egoísmos y miserias de parte de sus supuestos parientes. Las vivencias confrontadas en la búsqueda de su identidad le conducen a situaciones insólitas y a acertadas reflexiones.
 
Y ya sólo nos falta referirnos a “El canto de la cigarra”, uno de los más hermosos y logrados de este libro. Encantador por la forma tan coloquial en que está narrado y por sus aciertos líricos y la originalidad con que recrea, y contemporaniza, enriqueciéndolo, el tema de la vieja y clásica fábula “La cigarra y la hormiga”, tan injusta y unívoca en su moraleja, ya obsoleta para nuestros tiempos. OJC reivindica a la cigarra-artista y maneja con justicia poética la importancia de su trabajo creador en la sociedad. El mensaje está dado indirectamente, entre líneas, implícitamente, que es la forma más efectiva de llegar a cualquier ser pensante, en este caso a los niños, tan subestimados históricamente al respecto en el mundo de la literatura.
 
 

LOS LECTORES TIENEN LA PALABRA
 
Frieda Liliana Morales Barco
Coordinadora técnica del proyectO
Nueva Guatemala de la Asunción, diciembre de 2017

 
En Guatemala, durante el último año, los niveles de pobreza en lugar de bajar, han aumentado un 0.56, según el coeficiente de Gini, un hecho que no contribuye al progreso social, económico, educativo y cultural del país. Esta situación, especialmente, coloca en la vitrina a la infancia guatemalteca, un amplio sector vulnerable que necesita ser fortalecido desde todos los sectores y, en nuestro caso, desde lo cultural y educativo, debido a que estos factores también intervienen grandemente cuando se trata de los temas de la promoción de la lectura, de la formación y educación de lectores y del acervo al que tienen acceso los niños, adolescentes y jóvenes guatemaltecos.

Estos últimos puntos, se convierten en temas complejos a tratar, porque a pesar de que existen investigaciones que remiten a la producción de libros para la infancia guatemalteca desde el siglo XIX, este acervo no fue conservado y tampoco hay mucha difusión sobre lo investigado. A esto se suman, por otro lado, otras deficiencias que van desde el desconocimiento, por parte de investigadores, especialistas, profesores, bibliotecarios y otros mediadores del acervo literario nacional disponible, de los aspectos históricos, teóricos y metodológicos para estudiar la literatura infantil y juvenil (LIJ), así como para poder desarrollar estrategias de promoción de lectura y escritura. El mismo desconocimiento lleva a afirmar que el subsistema literario no existe en el país y que tampoco hay escritores o ilustradores que produzcan textos para la infancia. Lo que consecuentemente ha sido un obstáculo para el diseño de programas y políticas nacionales de lectura que permitan dar soluciones a la crisis de la no formación de hábitos de lectura y escritura en los niños, adolescentes y jóvenes.

En ese sentido, se propuso la ejecución del proyecto “Fomento a la creación de libros de literatura infantil y juvenil de Guatemala” que tuvo como objetivo principal fomentar la participación de escritores, ilustradores, diagramadores y editores de libros de LIJ de Guatemala para promover la elaboración de libros para la infancia. Los resultados del mismo tendieron a generar oportunidades en el campo de la industria del libro y a valorar tanto la LIJ como la promoción de la lectura en Guatemala. Así como a promover una cultura de paz comprometida con la difusión de los derechos de la infancia y la oportunidad de construir su identidad a través de los libros literarios en una sociedad multicultural y plurilingüe como Guatemala. Se insiste en la LIJ, ya que ésta como modalidad literaria que es, posee criterios sobre la estructuración de lo literario, el aspecto connotativo del relato y de relación en los niveles de vocabulario y sintaxis. Aspectos estéticos que no son diferentes a los de toda Literatura. Pues, es a través de ella el niño infiere la cultura y la historia de su pueblo y al tener la característica de presentarles el mundo por medio del estímulo que ejerce sobre su imaginario por medio del lenguaje escrito y oral generado en las diversas formas estéticas representadas en la poesía, cuento, canciones de cuna, rondas, trabalenguas, adivinanzas y otros más, contribuyen a que produzca sus propias representaciones de mundo, ayudándole, igualmente, en la formación de símbolos y en la construcción de su propio sistema de conocimientos lingüísticos. Al mismo tiempo, le otorgan la posibilidad de sumergirse en otras realidades que van más allá de sus experiencias cotidianas y rutinarias, a la vez que les muestra otras tantas caras del mundo.

En otras palabras, la literatura como un todo permite al lector recrear su propio mundo, a razonar sobre su vida, valorar sus actos y generar sus propias ideas siendo crítico y reflexivo. Al mismo tiempo, se convierte en un espejo que le permite ver al Otro e ir construyendo su identidad. Por su parte, la literatura infantil y juvenil, como arte, sirve para satisfacer la necesidad de ficción y fantasía en el ser humano, sus obras traen implícitas las experiencias de vida, el bien y el mal en un sentido amplio.

El proyecto se desarrolló en cinco etapas a través de la realización de los siguientes talleres: de escritura creativa, de ilustración, de edición, de diseño y diagramación, así como una conferencia y taller internacional de ilustración de libros de LIJ. Al finalizar la ejecución del proyecto se capacitó a ocho escritores, veinticinco ilustradores, cinco editores y seis diseñadores-diagramadores en aspectos relacionados a la elaboración de libros de LIJ de Guatemala, permitiéndoles, entre otras cosas, visualizar oportunidades de emprendimiento cultural en el área de la industria editorial del país. Como resultado de este trabajo se publicaron diez e-books de LIJ de Guatemala que se implantaron en la página [http://www.coleccionguatemalainfantil.com] desde donde se tiene la oportunidad de una difusión y divulgación amplia.

Desde esa perspectiva, entonces, proyectos como este contribuyen al fortalecimiento de la industria cultural, al acceso democrático de textos para su lectura y a la concientización sobre las oportunidades que ofrecen la LIJ y las tecnologías digitales en la promoción de la diversidad de las expresiones culturales del país (maya, xinca, garifuna y mestiza). Y, de ahí, que sea muy importante promover la formación de escritores, ilustradores, editores y diagramadores guatemaltecos. Además, sirve de estímulo para procesos de promoción de lectura.



 
 UN LIBRO QUE NO TE PUEDES PERDER
 
 13 cuentos de misterio
 
Víctor Montoya
Escritor y pedagogo
 
Este primer libro de carácter colectivo, que formará parte de una colección de antologías con diversos temas, se publicó gracias al impulso entusiasta de la Editorial Don Bosco, que desde hace más de un siglo viene produciendo textos de estudio para niños, jóvenes y adultos; una iniciativa que surge en tiempos en que la literatura infantil y juvenil boliviana se va consolidando a paso lento pero seguro.
 
En esta nota, escrita más por hedonismo que por obligación, no se tiene la intención de comentar el contenido de cada uno de los cuentos, debido a que este trabajito se los dejo a los lectores, quienes, con la apreciación y subjetividad propia de cualquier lector interesado en decodificar las claves de un texto, son los verdaderos críticos literarios y los encargados de hacerse un juicio personal de cada una de las propuestas de este libro que, para comenzar con la fascinación por los misterios de la vida y la muerte, lleva un número cabalístico en el título, porque el 13 está referido al arcano de la muerte y es un número especial en el ámbito esotérico.
 
Si bien es cierto que no todos los cuentos giran, específicamente, en torno a la temática del misterio, es cierto también que cumplen con creces las exigencias de la antología, que, según refiere la propia antologista: “La recopilación de los cuentos obedeció a la calidad literaria, a la originalidad y a la estructura general de la obra”. Asimismo, cabe remarcar que el libro luce una pulcra diagramación y edición, conforme a lo que se requiere en un libro dedicado a los adolescentes, a diferencia de aquello mamotretos que, en épocas pretéritas, se presentaban con el rótulo de literatura infantil y juvenil, aunque carecían de ilustraciones y de una extraordinaria presentación, que atraiga la atención de los lectores a primera vista.
 
Este libro, aparte de la interesante presentación de cada uno de los autores y autoras, reúne cuentos revestidos de desbordante imaginación e indiscutible calidad literaria, así algunos de ellos no se dediquen con asiduidad al oficio de la escritura. No obstante, este mismo hecho demuestra que el arte de la creación literaria no es un don divino, reservado para unos pocos iluminados, sino un campo en el que cualquiera, con un poco de creatividad y dedicación, puede convertir la escritura en una de las pasiones de su vida. No es casual que algunas de las escritoras, cuando recuerdan su relación con las letras en su adolescencia, confiesan que no tenían ni la más remota ambición de dedicarse alguna vez a escribir libros de literatura infantil y juvenil.
 
La antología, además del prólogo, contiene lo siguiente: “La noche de las estatuas”, Gaby Vallejo Canedo; “Argus. La verdadera historia de Barba Azul”, Claudia Adriázola; “Noche de San Juan”, Biyú Suárez Céspedes; “La visitante”, Melita Del Carpio Soriano; “Las Malas Nuevas”, Julia Peredo Guzmán; “Con la cadencia que me exige la muerte”, Carlos Vera Vargas; “Salir volando”, Rosalba Guzmán Soriano; “Mariposas negras”, René Rivera Miranda”; “La mano”, César Herrera; “Realidades ocultas”, Sisinia Anze Terán; “Feliz cumpleaños”, Teresa Constanza Rodríguez Roca; “La milagrosa resurrección de Bendita Chura”, Víctor Montoya; “Es mejor guardarla por si acaso”, Isabel Mesa Gisbert.
 
La antología de 13 cuentos de misterio, ilustrada con las magníficas creaciones de la artista plástica Daniela Rico, es un buen ejemplo del tipo de literatura al que deben acceder los lectores en la etapa de la adolescencia. No son cuentos didácticos ni cuentos que abordan temas ajenos al interés de los jóvenes lectores; al contrario, la antología es apropiada para incentivar el hábito de la lectura entre quienes gustan de los cuentos de suspenso, terror y misterio, con personajes que transgreden los límites de la lógica y la razón.
 
Esta antología elaborada por Rosalba Guzmán Soriano, desde todo punto de vista, se ajusta a los requisitos de un libro destinado a los adolescentes, que necesitan relajarse, divertirse y hasta espantarse con una lectura que les permita alimentar su fantasía y alejarlos de su realidad cotidiana, a través de historias que los transporta a territorios donde lo imposible es posible y donde los personajes se mueven como fantasmas en el límite exacto entre la realidad y la fantasía.
 
Ya se sabe que los cuentos góticos de misterio, terror y aparecidos, son narraciones caracterizadas por elementos fantásticos o metafísicos que se cuentan como si fueran hechos reales. Por cuanto los narradores de este género literario, empeñados en describir lo común y cotidiano como algo irreal o extraño, se enfrentan a la realidad con la intención de descubrir lo que hay de misterioso en las cosas del diario vivir, aunque todo lector, que ingresa en la etapa del razonamiento lógico y supera la etapa del “pensamiento mágico”, sabe distinguir entre lo que es real y lo que es ficción en una obra literaria. 
 
Esta breve antología cumple sobradamente con su objetivo; por una parte, gracias al talento de los autores implicados y, por otra, debido a que los cuentos están narrados con un lenguaje exento de retóricas, mientras otros desarrollan el tema que nos ocupa, de principio a fin, de manera clara y sencilla. Y, lo que es más importante, ninguno de los cuentos desvirtúa su principal encanto: la parasicología llena de fantasía, magia y misterio.
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Rosalba Guzmán Soriano tuvo el acierto de hacer una antología que atrapará a sus lectores, que no siempre tienen la posibilidad de encontrarse con un libro que está lejos de los textos de estudio y que no toca aspectos relacionados con el buen comportamiento del adolescente o el manido didactismo de los libros que se les impone desde la educación primaria.
 
Los “13 cuentos de misterio” está en la antípoda de los libros de texto, que cumplen una función didáctica y de transmisión de conocimientos establecidos por los “tecnócratas de la educación”; mas no por esto es menos importante la función de una obra literaria que contribuye, así sea como auxiliar en las unidades educativas, en la formación integral de los jóvenes, sobre todo, si partimos del principio de que la lectura de la literatura de ficción, a la que se circunscribe la presente antología, permite ampliar el vocabulario, desarrollar la imaginación, el sentido crítico y la creatividad, sin descartar que un libro de relatos de misterio, además, tiene la finalidad de deleitar y acercar a los jóvenes hacia una lectura que los libere del tedioso trabajo escolar, ya que no hay mejor manera de matar el tiempo libre que refugiándose en una lectura que proporciona ideas, emociones, experiencias y situaciones diversas, que los autores y autoras recrean en una obra literaria, con la esperanza de despertar el interés y la fantasía de sus lectores.
 
 

EL RINCÓN DEL CÓMIC
 
Mariana Ruiz
Escritora boliviana


Hellboy. Semilla de destrucción

Salta, Argentina, 2004
Mike Mignola.
Editorial: Norma. Colección: Dark Horse
Agosto de 2004, España.
(Primera edición en inglés Dark Horse 1994). ISBN: 978-84-963-7028-9.

Mignola inventó a este personaje en 1994: un engendro nacido de los infiernos, pero que, gracias al amoroso cuidado de su mentor y figura paterna, ha crecido dedicado a la lucha por la paz. Su origen se remonta a la Segunda Guerra mundial, cuando ambos bandos recurrían a lo sobrenatural para salir airosos del conflicto. En los Estados Unidos, Hellboy pertenece a un grupo de investigación paranormal. En esta primera historia, deberán visitar la mansión Cavendish Hall, sobre la que se comenta que pesa una maldición. Muy inspirado en los relatos de horror y la tradición oral de aparecidos y figuras demoníacas del mundo entero, Hellboy se ha convertido en un fenómeno de masas, con millones de ejemplares vendidos en sus 25 años de existencia. Guillermo del Toro lo llevó al cine en dos ocasiones.





EL DÍA A DÍA EN LA LITERATURA INFANTIL
 
1. La IV versión del Concurso Nacional de Libro álbum ya tiene ganadores


 
El viernes 15 de diciembre se realizó el acto de premiación a los ganadores de la IV versión del Concurso Nacional de Libro álbum. El libro ganador titula Caer en el cielo y le pertenece a la ilustradora cochabambina Rosario Moyano Aguirre. Hubo una mención para el libro Wayra de la ilustradora paceña Antonieta Medeiros. Debemos recordar que es la segunda vez que Rosario Moyano gana este premio.
 
Rosario Moyano es ilustradora, pero ha incursionado también como autora de literatura infantil. Nace el 7 de Julio de 1956 en La Paz, pero reside en Cochabamba. Profesora Normalista de Primaria y Licenciada en Ciencias de la Educación con una maestría en Formación Docente e Innovación Educativa. Es docente de la Carrera de Primaria en el Instituto Normal Católico y enseña a niños y jóvenes. Como ilustradora es autodidáctica. Asistió a varios talleres de pintura como el de la artista Marcela Mérida y el taller para ilustradores de la Bienal en Bratislava (1991). Ha ilustrado numerosos libros infantiles de destacados autores nacionales, tanto para editoriales del país como para otras en el exterior; varios textos escolares, cartillas para educación popular y afiches. Ha realizado exposiciones sobre Literatura Infantil en la Casa de la Cultura de Cochabamba, en la galeria Síntesis y en el Centro Pedagógico Simón I. Patiño. Ha sido distinguida con el "Laurel de Oro" por la Asociación Peruana de Literatura Infantil y con
su libro "La increíble Tía Dorita" ganó el Primer Premio del Concurso Libro Álbum organizado por el Espacio Simón I. Patiño de La Paz (2011).
 
Antonieta Medeiros nació en 1966. Es licenciada en diseño gráfico y educación visual en la Universidad Nacional de Buenos Aires, Argentina. Tiene un diplomado superior en ciencias sociales (1992), Flacso, La Paz.  Ha realizado estudios de arte en el taller de Ligia D´ Andrea y otros. Ha enseñado en las carreras de Arquitectura y Diseño gráfico de la Universidad Católica Boliviana. Ha sido coordinadora del equipo de ilustración de la Reforma Educativa Boliviana (1995 a 2000). Posteriormente ha coordinado la ilustración de las obras premiadas en el II Concurso Nacional de Literatura organizado por la Reforma Educativa. En los años 2002 y 2003 ha trabajado para Ediciones SM, como diseñadora y coordinadora de ilustración, durante la elaboración de módulos para el segundo ciclo del Ministerio de Educación. Consultora de la Editorial Santillana (fines del 2003-2004) donde entre otros participa en la elaboración de la propuesta ganadora de la Licitación para la elaboración de módulos del tercer ciclo.
Ha ilustrado varios libros y revistas de literatura infantil, cuento, poesía, arte, de investigación social, educativos; afiches, láminas didácticas, historietas, suplementos de prensa, etc. Estuvo a cargo del concepto visual, ilustraciones y diseño gráfico de campañas de difusión como la del Censo Nacional de Población y vivienda 2001 y la de Estimulo a la lectura de la Reforma Educativa. Ha mostrado su trabajo de pintura e ilustración en varias exposiciones colectivas e individuales. Actualmente vive en Copenhague, donde sigue ilustrando.
 

2. Los 20 ganadores del Premio Fundación Cuatrogatos
 


Tinta y ceniza (Luis Bernardo Pérez)
El príncipe de las pulgas (Cristina Rebull)
La sonrisa de los peces de piedra (Rosa Huertas)
Pingüinos (Sebastián Vargas)
Piara (Mónica Rodriguez)
Mamá al galope (Jimena Tello)
Nosotros (Paloma Valdivia)
Lo que guarda un caracol (Paula Bombara)
El libro de Gloria Fuertes para niñas y niños (Gloria Fuertes)
Esto que brilla en el aire (Cecilia Pisos)
Guapa (Canizales)
Dorothy Déjale entrar (Javier Sáez Castán / Pablo Auladell)
Como una película en pausa (Melina Pogorelsky)
Benicio y el Prodigioso Náufrago (Iban Barrenetxea)
5 Patitos (Margarita del Mazo / Cecilia Moreno)
Antes del primer día (Juan Palomino)
Volar (Yolanda Reyes)
La tristeza de las cosas (María José Ferrada)
Versos como una casa (Mar Benegas)
Un ajolote me dijo (Maria Baranda)


El libro Dos gatos mojados y el caso del paraguas, del escritor boliviano Carlos Vera, fue seleccionado entre los 100 recomendados, dentro de la categoría "Para los que despegaron como lectores".

3. 25 autores iberoamericanos de narrativa infantil
 

Después de la publicación Dos orillas y un océano: 25 autores iberoamericanos de poesía para niños y jóvenes (2015) editada por la Universidad de Castilla-La Mancha y auspiciada por el CEPLI (Centro de Investigación de Promoción de la Lectura y la Literatura Infantil) y la Fundación Cuatrogatos, se acaba de publicar el segundo libro de la serie. Historias de acá y de allá: 25 autores iberoamericanos de narrativa para niños, coordinada por Sergio Andricaín y Pedro C. Cerrillo, es una obra que ofrece un acercamiento al cuento y la novela infantil que se escriben en España y América Latina entre 1966 y 2016 a través de la selección de 25 autores de este género. Como dicen sus autores en la introducción, la idea es "tender puentes entre quienes crean obras de literatura infantil y juvenil, las estudian y promueven su lectura a ambos lados del océano Atlántico; el deseo de contribuir al mayor conocimiento y la difusión de un valioso patrimonio que vale la pena compartir."

Los coordinadores hacen una distinción entre narrativa infantil y juvenil y, siguiendo las recomendaciones de "Lecturas con certificado de garantía (50 libros para leer en cualquier momento)", publicada por el CEPLI, deciden hacer un primer libro de narrativa infantil (hasta 12 años) y dejar el próximo para la narrativa juvenil.

De los 25 autores seleccionados para este libro, 10 corresponden a España y 15 a Latinoamérica. Los criterios para dicha selección que se indican en la presentación son los siguientes: "que sean autores actuales, que hayan sido reconocidos con premios relevantes, que estén en activo y que hayan hecho una portación siginifativa al campo de la narrativa infantil".

Cada autor tiene cuatro páginas con una breve biografía y fotografía; tres preguntas que son idénticas para cada escritor: ¿Qué elementos son esenciales para usted en la creación de unc uento o una novela para niños?, ¿Qué puede aportarles a los niños la lectua de obras narrativas? y ¿Qué ideas sugeriría para tender puentes permanentes entre las nuevas generaciones y la narrativa?; una breve reseña de uno de sus libros destacados y un pequeño fragmento de otra de sus obras.

Los autores y obras que forman parte de este libro son:

ARGENTINA
Laura Devetach: Monigote en la arena
Laura Escudero: Alina, maga del mandarino
Luis María Pescetti: Frin

BOLIVIA
Isabel Mesa Gisbert: Fábula verde

BRASIL
Ana María Machado: Raúl pintado de azul

CHILE
José Ignacio Valenzuela: Mi abuela la loca

COLOMBIA
Yolanda Reyes: Los agujeros negros
Irene Vasco: Mambrú perdió la guerra

COSTA RICA
Carlos Rubio: Papá es un campeón

CUBA
Nersys Felipe: Cuentos de Guane
Iliana Prieto: La niña y el rey dragón

ECUADOR
María Fernanda Heredia: El plan termita

ESPAÑA
Fernando Alonso: El hombrecito vestido de gris y otros cuentos
José Antonio del Cañizo: ¡Canalla, traidor, morirás!
Joan Manuel Gisbert: Escenarios fantásticos
Carmen Gómez Ojea: La niña de plata
Mariasun Landa: El calcetín suicida
Concha López Narváez: El fuego de los pastores
Pilar Mateos: Capitanes de plástico
Gonzalo Moure Trenor: Cama y cuento
Miguel Rayó i Ferrer: El camino del faro
Jordi Sierra i Fabra: Kafka y la muñeca viajera

MEXICO

Francisco Hinojosa: La peor señora del mundo
T
oño Malpica: Margot. La pequeña, pequeña historia de una casa en alfa Centauri

URUGUAY

Magdalena Helguera: Con Tigo de la mano


4.  Nuevos temas en la plataforma Cuatrogatos


 
Le invitamos a leer las nuevas entradas del MiauBlog de la Fundación Cuatrogatos:

'Palabras de Marina Colasanti en la entrega del Premio Iberoamericano SM de
Literatura Infantil y Juvenil'
https://cuatrogatos.org/blog/?p=5718


'"Una plática que cruza los ciclos", por Verónica Murguía'
https://cuatrogatos.org/blog/?p=5724
 

5. Escritor Argentino gana el Premio Norma 2018
 
El escritor argentino Ezequiel Dellutri obtuvo el galardón en la edición 2018 del Premio Norma, en la categoría juvenil. La obra Koi fue elegida entre más de cien manuscritos de la Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Ecuador, Cuba, México, Colombia, Puerto Rico, Guatemala, Nicaragua y Venezuela. El jurado, conformado por el escritor Sergio Andricáin (Cuba-EEUU), el escritor mexicano Benito Taibo y la editora argentina Laura Leibiker afirmaron que la novela "está escrita en un lenguaje directo, de estructura sencilla y un punto de vista convincente, deja en el texto ciertos silencios que permiten al lector construir las historias que no se han contado o se han contado a medias. Escenas conmovedoras y una gran sensibilidad para la escritura, plantean en esta obra una opción de gran potencia para los lectores juveniles, que encontrarán en las referencias musicales y en los personajes fuertes elementos de identificación".

Ezequiel Dellutri es escritor, conductor radial y profesor de Literatura, especialista en géneros. En la temática fantástica ha escrito Sobre la convergencia (Booklet) y Sobre los inmortales (UPV), además de la miscelánea de horror Las tres brujas (Saco de Huesos). También ha escrito dos libros de ensayo para adolescentes, uno de ellos dedicado a la influencia de las nuevas tecnologías en la vida de los jóvenes.

 

Koi es la historia de una adolescente que comienza a indagar sobre la muerte de su padre que la abandonó. Este viaje la lleva a encontrar que tiene un hermano con autismo. A pesar de la resistencia inicial, poco a poco se va consolidando entre ambos una relación tejida por la música, que va aliviando en la protagonista sus sentimientos por un pasado doloroso, y va abriendo en el lector una forma distinta de mirar el mundo.
 


6. Pedro Mañas gana el XV Premio Anaya

El escritor madrileño Pedro Mañas obtuvo el XV Premio Anaya de Literatura Infantil con la obra Apestoso tío Muffin. A esta versión se presentaron 306 originales procedentes de España, Latinoamérica, Bélgica y EEUU. El libro será publicado y presentado en el mes de abril de 2018.

Se trata de la historia del Señor Montgomery Muffin, un hombre que siempre huele mal porque atrae toda la basura, pese a ser una de las personas más limpias del mundo. Un día se presenta en su puerta Emma, una sobrina que le ayuda a cambiar su vida. Es una historia divertida e irrespetuosa que muestra la importancia de superar nuestros miedos, y nos enseña a dejar a un lado los prejuicios y las falsas apariencias.
 
El jurado afirmó que la obra "es una novela profundamente afectiva con un lenguaje muy vivo... Una historia que atrapa desde el principio, en la que la construcción de personajes recuerda a Roald Dahl, donde el humor está muy presente y aparecen temas como los miedos, la capacidad por parte del protagonista de hacer de su debilidad su fortaleza y el hecho de juzgar a alguien por sus apariencias”.
 
Pedro Mañas nació en Madrid en 1981. Es Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad Autónoma de Madrid, donde en 2004 obtuvo el primer premio de Narrativa Breve. En ese momento comienza su relación con el teatro universitario, para el que realiza, durante varios años, labores de dramaturgia y dirección. La obra Klaus Nowak, limpiador de alcantarillas, editada por Anaya, supone su primera incursión en el ámbito de la literatura para niños. Con ella obtiene en 2007 el primer premio del XXVI Concurso de Narrativa Infantil Vila d’Ibi. Desde entonces, le han sido concedidos diferentes galardones nacionales e internacionales en el ámbito de la narrativa infantil, entre los que destacan el premio Leer es Vivir, el premio Ciudad de Málaga y el Barco de Vapor.


7. Jordi Sierra i Fabra eobtuvo una de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes
 
El escritor catalán Jordi Sierra i Fabra obtuvo una de las 24 Medallas de Oro al Méridot  en las Bellas Artes. Este reconocimiento lo da el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte cada año y distingue a las personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico.

Jordi Sierra i Fabra nació en Barcelona el 26 de julio de 1947. Escribe desde sus ocho años y asus doce escribió su primera novela de 500 páginas. Cuando terminó el bachillerato trabajó en una empresa de construcción. Tuvo sus primeras incursiones profesionales en la música, arte que lo apasiona, así que abandonó la universidad para fundar el  programa de la Cadena Ser "El Gran Musical". En 1981 logró el Premio Gran Angular de literatura juvenil por El cazador, en 1983 con ...En un lugar llamado tierra, y en 1990 con El último set. A lo largo de su carrera ha obtenido muchos premios, como el Premio El Barco de Vapor de literatura infantil (2010), el Ateneo de Sevilla en 1979, Premio Edebé de Literatura Infantil (1993) y el de Literatura Juvenil (2006), el Premio A la Orilla del Viento de México (1999) y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2007 y el Premio Cervantes Chico en 2011, entre otros muchos.
 

8. Ganadores del Premio Edelvives 2018

El XXIX Premio de Literatura Infantil "Ala Delta" lo obtuvo el escritor Patxi Zubizarreta (Guipuzcoa) por su novela ¡Corre, Kuru, corre!  . Y el XVIII Premio de Literatura Juvenil "Alandar" fue otorgado a Manuel J. Rodríguez (Málaga) por El bloc de las edades. Ambos premios están dotados con 12.100 euros.

Según el jurado del Premio Ala Delta, la obra, dirigida a lectores de diez años en adelante, constituye "una maravillosa aventura que rinde homenaje a la oralidad y enlaza con acierto el drama de la inmigración con la tradición literaria propia de las leyendas de Oriente. En sus muchos niveles de lectura, ¡Corre, Kuru, Corre!, invita a entender los dilatados límites de la diversidad, se cuestiona la preeminencia de Occidente y expresa un mensaje de solidaridad y esperanza con una sutileza digna de las grandes obras de la literatura infantil".

Sobre la obra ganadora del Premio Alandar, el jurado, dijo que "es un relato muy bien contado, escrito por alguien que conoce a la perfección el tipo de relación entre maltratador y maltratada y los comportamientos patológicos que se establecen entre ambos, y sabe exponerlo con clari

Número: 98

Fecha: Diciembre - Enero 2018